Participación ciudadana en desfiles en Irlanda del Norte
Participación ciudadana en decisiones sobre desfiles en Irlanda del Norte
Participation des citoyens aux défilés en Irlande du Nord
Lecciones de los reformadores
Este estudio de caso fue publicado originalmente en el Informe global de OGP.
En Irlanda del Norte, los desfiles, las procesiones, los carnavales y las conmemoraciones son fundamentales para las tradiciones culturales, políticas y religiosas. Desafortunadamente, los desfiles se han visto empañados por, y a veces son el impulso para, la violencia sectaria. Esto llega a un punto crítico durante la "temporada de marcha" anual entre marzo y agosto. Los participantes a menudo llevan banderas y otros emblemas que sus vecinos consideran inflamatorios.
En 1998, antes de los acuerdos del Viernes Santo, se estableció la Comisión de Desfiles de Irlanda del Norte para aprobar los permisos para los desfiles.1 Si bien no está exenta de críticas, su establecimiento ofrece dos lecciones positivas para los países que luchan por equilibrar el orden público y la seguridad con la libertad de reunionLa reunión pacífica, un derecho humano fundamental, es esencial para instituciones democráticas sanas y eficaces. Especificaciones técnicas: Protección del derecho individual de reunión pacífica, ... Más:
- Retirar a la policía de la toma de decisiones en torno a los desfiles. El primer logro importante de la Comisión de Desfiles fue trasladar la decisión de permiso del departamento de policía (anteriormente la Policía Real del Ulster, ahora el Servicio de Policía de Irlanda del Norte). Esto permitió a la policía concentrarse en mantener el orden público en lugar de juzgar la legitimidad de cada desfile.
- Voz ciudadana en el monitoreo de la libertad de reunión. El cuerpo cuasijudicial está formado por ciudadanos que compiten por las nominaciones del Secretario de Estado de Irlanda del Norte.
A pesar del éxito inicial, ha habido preocupación por la Comisión de Desfiles. En 2013, el Relator especial de la ONU sobre los derechos a la libertad de reunión pacífica y de asociación (ver "Orientación y normas: orientación del relator especial de la ONU" más adelante en esta sección), por invitación del gobierno del Reino Unido, emitió un informe sobre el tema delicado. . La Comisión de Derechos Humanos de Irlanda del Norte siguió con otra reporte sobre la mejor forma de equilibrar las demandas competitivas de montaje y seguridad.
Los dos derechos humanosUna parte esencial del gobierno abierto incluye proteger las libertades y los derechos sagrados de todos los ciudadanos, incluidos los grupos más vulnerables, y responsabilizar a quienes violan los derechos humanos. T... Los informes de los cuerpos, seguidos por la acción de la Comisión de Desfiles, dieron como resultado un marco denominado “Resolución por Diálogo”. Trazó un mapa de las consideraciones contrapuestas de los diferentes derechos humanos (por ejemplo, la libertad frente a la violencia y la libertad religiosa) e invitó a los participantes ya las comunidades afectadas a sugerir formas de mejorar el proceso. Curiosamente, la resolución mediante el diálogo se basó en el enfoque participativo de la Convención Marco sobre las Minorías Nacionales, que exige que el Estado fomente el diálogo y el entendimiento mutuo; específicamente, los gobiernos deben permitir que los grupos minoritarios expresen sus opiniones. Los gobiernos también deben facilitar el diálogo de acuerdo con las Directrices de la OSCE sobre asambleas (ver el recuadro al final de esta sección), que enfatizan el diálogo voluntario como un primer paso necesario antes de escalar a medios legales como la prohibición de un desfile en particular.
Si bien la guía está vigente, algunos de los grupos cívicos más controvertidos no reconocen la legitimidad del cuerpo. No obstante, Irlanda del Norte ofrece un enfoque prometedor para el diálogo ciudadano en la promoción y protección del derecho de reunión dentro de preocupaciones de seguridad más amplias.
1: La Ley de Procesiones Públicas otorgó a la Comisión de Desfiles una base legal, así como los poderes de adjudicación recomendados por el Informe del Norte (P North, O Crilley y J. Dunlop, J., Informe de la revisión independiente de desfiles y marchas (Belfast: The Stationery Office, 1997)).
Crédito de la foto: Thomas Pajot, Adobe Stock
Este caso de estudio se publicó originalmente en el OGP Informe Global.
En Irlanda del Norte los desfiles, procesiones y conmemoraciones son parte elemental de sus tradiciones culturales, políticas y religiosas. Desafortunadamente, los desfiles se han viciado y en algunos casos son motivo de violencia. Lo anterior alcanzó su punto máximo durante la temporada anual de desfiles que ocurre entre marzo y agosto. Los participantes suelen portar banderas y otros emblemas que sus vecinos consideran incendiarios.
En 1998, previo a las celebraciones de Viernes Santo, se creó la Comisión de Desfiles de Irlanda del Norte con el fin de otorgar permisos para la organización de desfiles.1 Si bien se ha criticado esta decisión, ofrece dos lecciones positivas para los países que están tratando de equilibrar el orden público y la seguridad y la libertad de asamblea:
- Eliminar a la policía de la toma de decisiones sobre desfiles: El primer gran logro de la Comisión de Desfiles fue asegurar que la policía no participe en la emisión de permisos (anteriormente Royal Ulster Constabulary, hoy Servicio Policiaco de Irlanda del Norte). Lo anterior permitió que la policía se enfocara en mantener el orden público, más que en juzgar la legitimidad de los desfiles.
- Dar voz a los ciudadanos en el monitoreo de la libertad de asamblea: Este organismo cuasi judicial se compone de ciudadanos que compiten por nominaciones por parte del Secretario de Estado de Irlanda del Norte.
A pesar de los avances logrados, existen inquietudes al respecto de la Comisión de Desfiles. En 2013, el Relator Especial de la ONU sobre Derechos de Libertad de Asamblea Pacífica y de Asociación (ver “Lineamientos y Estándares de Libertad de Asamblea Pacífica y Asociación”, más adelante en esta sección), por invitación del Gobierno del Reino Unido, presentó un informe sobre un tema sensible. Más adelante, la Comisión de Derechos Humanos de Irlanda del Norte publicó otro informe sobre cómo equilibrar las exigencias de asamblea y seguridad.
Los dos informes publicados por organismos de derechos humanos, seguidos por medidas tomadas por la Comisión de Desfiles, resultaron en la creación de un marco llamado “Resolución por Diálogo”, el cual mapea las diferentes consideraciones de derechos humanos (por ejemplo, la libertad de protección contra la violencia y la libertad de religión) e invita a los participantes y comunidades afectadas a presentar sugerencias para mejorar el proceso. Cabe mencionar que la resolución por diálogo se basó en el enfoque participativo de la Convención Marco de Minorías Nacionales, la cual exige que el Estado promueva un diálogo y comprensión mutua; específicamente, los gobiernos deben permitir a las minorías expresar sus opiniones. Además, los gobiernos deben abrir un diálogo de acuerdo con los Lineamientos de Asamblea de la OSCE (ver el recuadro al final de esta sección), los cuales hacen énfasis en el diálogo voluntario como un primer paso antes de la escalación a medios legales, por ejemplo cancelar o prohibir un desfile en particular.
Aunque los lineamientos están activos, algunos de los grupos más controversiales no reconocen la legitimidad del organismo. Sin embargo, Irlanda del Norte ofrece una metodología prometedora al diálogo ciudadano para proteger el derecho de asamblea en el marco de la seguridad de la ciudadanía.
1: The Public Processions Act gave the Parades Commission a statutory footing as well as the adjudicatory powers recommended by the North Report (P North, O Crilley, and J. Dunlop, J., Report of the Independent Review of Parades and Marches (Belfast: The Stationery Office, 1997)).
Cette étude de cas a été initialement publié dans le OGP Rapport Mondial.
En Irlande du Nord, les défilés, processions, carnavals et commémorations sont au cœur des traditions culturelles, politiques et religieuses. Malheureusement, les défilés ont été entachés par la violence sectaire; ils ont également parfois été le déclencheur. Elle atteint son paroxysme pendant la « saison annuelle des marches » entre mars et août. Les participants emportent souvent des drapeaux et d’autres emblèmes que leurs voisins qualifient de provocateurs.
En 1998, avant les accords du Vendredi saint, la Northern Ireland Parades Commission a été constituée pour approuver les permis de défilé.1 Si elle ne s’est pas faite sans critiques, sa constitution offre deux enseignements positifs à l’endroit des pays qui s’efforcent de trouver l’équilibre entre l’ordre public et la sécurité et la liberté de réunion :
- Éliminer les policiers de la prise de décision concernant les défilés. La première grande réussite de la Parades Commission consistait à retirer la responsabilité de délivrer les permis au service de police (anciennement, le Royal Ulster Constabulary, désormais appelé Police Service of Northern Ireland). Cette décision a permis aux policiers de se concentrer à assurer l’ordre public plutôt que d’établir la légitimité de chaque défilé.
- Expression citoyenne relative à la surveillance de la liberté de réunion. L’organisme quasi-judiciaire est constitué de citoyens qui se font concurrence pour obtenir une nomination du Secretary of State of Northern Ireland.
Malgré un succès initial, la Parades Commission a suscité certains doutes. En 2013, le Rapporteur spécial des Nations unies sur la liberté de réunion et d’association (voir « Directives et normes : directives du Rapporteur spécial des Nations unies » plus loin dans la présente section), à l’invitation du gouvernement britannique, a produit un rapport sur la question délicate. La Northern Ireland Human Rights Commission a ensuite produit un autre rapport sur la meilleure manière de soupeser les demandes conflictuelles de réunion et de sécurité.31
Les rapports des deux organismes sur les droits de la personne, suivis par des mesures de la Parades Commission, ont donné lieu à un cadre intitulé « Resolution by Dialogue ». Le cadre faisait le point sur les aspects contradictoires des différents droits de la personne (comme la protection contre la violence et la liberté de religion) et invitait les participants et les collectivités affectées à suggérer des améliorations au processus. Il est intéressant de souligner que la résolution par le dialogue reposait sur l’approche participative de la Convention-cadre sur les minorités nationales, qui oblige l’État à favoriser le dialogue et la compréhension mutuelle; plus particulièrement, les gouvernements doivent permettre aux groupes minoritaires d’exprimer leurs opinions. Les gouvernements doivent aussi assurer un dialogue en vertu des lignes directrices de l’OSCE concernant les réunions (voir l’encadré vers la fin de la présente section) qui insiste sur le dialogue volontaire en tant que premier pas nécessaire avant d’emprunter la voie judiciaire comme l’interdiction d’un défilé donné.
S’il y a des directives, certains des groupes citoyens les plus controversés ne reconnaissent pas la légitimité de l’organisme. Néanmoins, l’Irlande du Nord propose une approche prometteuse de dialogue citoyen en favorisant et en protégeant le droit de se réunir dans le cadre de craintes plus larges en matière de sécurité.
1: The Public Processions Act gave the Parades Commission a statutory footing as well as the adjudicatory powers recommended by the North Report (P North, O Crilley, and J. Dunlop, J., Report of the Independent Review of Parades and Marches (Belfast: The Stationery Office, 1997)).
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