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Salir de la zona de confort para cocrear: lecciones de Buenos Aires

Abandonar la zona de confort para co-crear: lecciones desde Buenos Aires

Maria Soledad Gattoni|

Durante la Reunión Regional de las Américas del mes pasado, las organizaciones de la sociedad civil que conforman la junta de gobierno abierta, tanto a nivel nacional en Argentina como a nivel subnacional en Buenos Aires, mostraron su capacidad de desafiar, incomodar y presionar al gobierno. En la inauguración del evento, Dalile Antunez, codirectora de la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ), dijo que designar al defensor del pueblo “a espaldas de la ciudadanía” era una violación de los principios del gobierno abierto, mientras estaba en el escenario con la vicepresidenta de Argentina, Gabriela Michetti. En esa misma nota, representantes de organizaciones de la sociedad civil mexicana distribuyeron tarjetas que simulaban una error del sistema como una forma de representar el desafío de avanzar en las reformas de gobierno abierto cuando se reduce el espacio cívico. Co-crear significa salir de la zona de confort: tanto para los gobiernos como para las organizaciones de la sociedad civil. Sin embargo, una vez que esto se haya logrado, surgirán mejores oportunidades para lograr compromisos ambiciosos pero factibles, implementar reformas legítimas y fortalecer los procesos de rendición de cuentas.

Metodología y definición de estándares de co-creación como inversión.

La Ciudad de Buenos Aires culmina actualmente la implementación de su primer gobierno abierto plan de acción. Después de un proceso de casi tres meses: "¡demasiado!" según algunos representantes del gobierno y organizaciones de la sociedad civil, ambas partes llegaron a un acuerdo en cuanto a la metodología y el proceso de gobernanza para crear y consultar el plan de acción. Como resultado, establecieron un grupo de trabajo donde representantes del gobierno y de organizaciones de la sociedad civil tenían igual poder de decisión para el desarrollo e implementación del plan de acción. Esta igualdad, la definición de una metodología clara y precisa, y el hecho de que el gobierno creó una virtual repositorio guardar las actas de las reuniones y los documentos de trabajo era una inversión, más que una pérdida de tiempo. El plan de acción avanzó más allá datos abiertos, e impulsó mecanismos de denuncia que aborden temas específicos que afectan a los ciudadanos de Buenos Aires, como la falta de información sobre obras públicas en las escuelas y el acceso igualitario a los servicios públicos en materia de salud sexual y reproductiva.

De la creación conjunta a la implementación conjunta

Tres de los cinco compromisos planteados por la Ciudad de Buenos Aires tienen un impacto potencialmente transformador, lo que significa que tienen la capacidad de generar un cambio real en la vida de los ciudadanos y avanzar en la apertura de la práctica de gobierno. Curiosamente, estos compromisos son los que incluyeron a las organizaciones de la sociedad civil como agentes implementadores. En este caso, el gobierno no fue el único organismo responsable de la implementación de los compromisos, sino que también se invitó a las organizaciones de la sociedad civil a participar en su implementación y seguimiento. En un caso, el gobierno de Buenos Aires trabajó en colaboración con la Fundación Huesped, una organización de la sociedad civil, en el diseño e implementación de un plataforma virtual. Esta plataforma permite a los ciudadanos ubicar centros de salud para obtener condones, identificar centros de infección, saber dónde hacerse las pruebas de VIH y señalar la ubicación de centros de salud cercanos donde se puede obtener apoyo en materia de salud reproductiva y sexual. La plataforma también permite que los ciudadanos califiquen los servicios de cada centro, para que el gobierno pueda tomar medidas en caso de falta de existencias o en caso de prácticas discriminatorias, que fueron algunas de las cuestiones que impulsaron la necesidad de establecer este compromiso.

Retos restantes (¡y regionales!)

Incluir a las organizaciones de la sociedad civil en la co-creación y co-implementación de compromisos conlleva desafíos y oportunidades. Hacer que los representantes del gobierno debatan con las organizaciones de la sociedad civil no siempre es fácil, y requiere habilidades de coordinación y voluntad política desde los puntos de contacto. Particularmente en Buenos Aires, la capacidad de las organizaciones de la sociedad civil para insistir, desafiar, construir y colaborar a partir de su experiencia y conocimiento contribuyó a la creación de un plan de acción integral y ambicioso. Sin embargo, todavía hay desafíos que abordar: no solo con respecto a los compromisos y la agravante falta de información en algunas ramas del gobierno (como la legislatura y el poder judicial), sino con la necesidad de incluir a otras partes interesadas adicionales, más allá de lo habitual sospechosos: sociedad civil no organizada, sindicatos, minorías, academia y el sector privado. Ampliar la base de apoyo de los reformadores de gobierno abierto requiere ir más allá del mínimo establecido por el estándares de co-creación - especificar un enfoque para la toma de decisiones conjunta y la distribución equitativa de funciones, teniendo en cuenta la viabilidad de los compromisos y la capacidad y los recursos de las partes interesadas. Salir de la zona de confort significa dar un salto y que las partes interesadas de la sociedad civil y del gobierno asuman los desafíos venideros.

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