Hackear el lenguaje judicial para lograr una justicia abierta
Hackeando el Lenguaje Judicial para una Justicia Abierta
En Argentina, como en otras partes del mundo, acceder a justiciaPara abordar las barreras que impiden que los ciudadanos satisfagan sus necesidades de justicia, los gobiernos participantes de OGP están trabajando para ampliar la transparencia, la rendición de cuentas y la inclusión en todos los sistemas de justicia... y entender el lenguaje judicial es muy complejo, por lo que muchas personas no pueden comprender los procesos judiciales que les afectan a ellos oa sus derechos.
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Con esto en mente, el Laboratorio de Justicia e Innovación Abierta del Consejo de la Magistratura de Buenos Aires (JusLab) y la Secretaría de Coordinación de Políticas Judiciales están trabajando para simplificar los textos judiciales que los jueces utilizan habitualmente para comunicarse con los ciudadanos involucrados en los procesos judiciales. Como resultado, la gente ya no se verá obligada a recurrir a un abogado para que interprete el idioma. El proceso, un “ideathon” colaborativo, estuvo lleno de innovación y sorpresas. Fue la primera vez que se llevó a cabo de manera virtual (a través de Zoom) y en tiempo real, lo que demuestra que podemos trabajar por una justicia abierta, incluso durante la pandemia.
La segunda innovación fue la alta participación. Invitamos a personas a través de las redes sociales y, para nuestra sorpresa, más de 100 personas se inscribieron para el evento. Los separamos en grupos para que todos tuvieran la oportunidad de contribuir a aclarar el lenguaje y redactar un nuevo documento que resultó de un debate significativo.
Después de casi dos horas de trabajo en línea, los grupos compartieron sus resultados. Aquí viene la tercera innovación: casi 100 personas, la mayoría de las cuales no se conocían, lograron simplificar el lenguaje utilizado en dos textos judiciales. Los textos ahora son más breves y fáciles de entender, libres de términos técnicos.
Más allá de los resultados de este proceso, nos gustaría destacar dos elementos clave. En primer lugar, la importancia de la participación de representantes de la sociedad civil y de personas que no participan en los ámbitos de la justicia y el derecho. La apertura a nuevas voces y puntos de vista mejoró la calidad del debate y ofreció nuevas perspectivas a los miembros del poder judicial. En segundo lugar, la importancia del proceso de simplificación para que todos puedan tener acceso al uso de un lenguaje claro como herramienta para acercarse a la ciudadanía.
Por último y, quizás lo más importante, los dos jueces que participaron en el taller online introduciendo sus modelos de resolución para adaptarlos a un lenguaje más claro, declararon que empezarían a utilizar los textos que dieron como resultado este ejercicio de innovación colectiva y abierta.
El camino hacia Open Justice es difícil. Transformar, abrir y renovar una institución tradicionalmente conservadora es difícil. Significa romper barreras, derribar mitos y promover un cambio profundo en la cultura organizacional. Pero experiencias como estas ciertamente brindan esperanza y ayudan a imaginar poderes judiciales confiables y centrados en las personas que no dejan a nadie atrás.
En Argentina, como en todo el mundo, acceder a la justicia y comprender el lenguaje judicial es sumamente complejo para toda la ciudadanía. Esto significa que muchas personas no comprenden los procesos judiciales que les afectan, o saber cuáles son sus derechos.
El acceso a la justicia es un pilar fundamental para garantizar la aplicación de políticas de gobierno abierto en los poderes judiciales. Esto que llamamos ”justicia abierta” implica, además de políticas de transparencia, rendición de cuentas, datos abiertos, participación ciudadana y acceso a la información, la necesidad de acercar los sistemas de justicia a las personas. Para ello, la utilización de lenguaje claro es clave para mejorar ese vínculo y garantizar un sistema de justicia accesible para todos.
Por eso el Laboratorio de Justicia Abierta e Innovación del Consejo de la Magistratura de la Ciudad de Buenos Aires (JusLab) junto con la Secretaría de Coordinación de Políticas Judiciales están trabajando para simplificar el lenguaje de dos textos judiciales que los jueces usan habitualmente para notificar a la ciudadanía involucrada en algún proceso judicial. Esto permite que la gente no tenga que recurrir a un abogado o abogada para interpretar ese lenguaje. Este proceso, una suerte de “ideatón” colaborativa de ideas, estuvo lleno de momentos innovadores y sorpresas. Por ejemplo, por primera vez, esto se realizó de manera virtual (vía Zoom) y en tiempo real. Esto demuestra que aun en tiempos de pandemia se puede seguir trabajando por una justicia abierta.
El segundo hecho novedoso fue la respuesta que obtuvimos. Hicimos una convocatoria abierta por redes sociales y para nuestra sorpresa tuvimos más de 100 personas inscriptas para participar en nuestro experimento. Nos dividimos en dos grupos de manera que todas y todos pudieran contribuir para aclarar el lenguaje y llegar a un nuevo documento luego de un fructífero debate.
Luego de casi dos horas de trabajo en línea, los grupos presentaron los resultados de su trabajo. Aquí aparece la tercera novedad: casi 100 personas, que en su mayoría no se conocían entre sí, lograron colaborar para simplificar con éxito el lenguaje usado en los dos textos judiciales. Esto contribuyó a que los textos fueran ahora más breves y comprensibles, y usaban un lenguaje llano libre de tecnicismos.
Más allá del resultado positivo de este proceso,hay dos elementos importantes para destacar. Primero, la participación de representantes de la sociedad civil y de personas de ámbitos ajenos a la justicia y al derecho. Esta apertura a nuevas voces y nuevas miradas enriqueció el debate y ofreció perspectivas originales a los participantes que integran el poder judicial. Segundo, la importancia que tuvo el ejercicio de adaptación o simplificación para que todos podamos comprender el potencial de la utilización del lenguaje claro como herramienta de acercamiento a la ciudadanía.
Finalmente, lo que tal vez haya sido sea el fruto más trascendente, es que los dos jueces que participaron en el taller virtual aportando sus modelos de resoluciones para ser adaptados con herramientas de lenguaje claro, manifestaron que de allí en adelante empezarían a usar los textos con las mejoras y modificaciones que resultaron del ejercicio de innovación colectiva y abierta.
El camino hacia una Justicia Abierta es arduo. Transformar, transparentar y modernizar un poder históricamente conservador es complejo. Requiere romper barreras, derribar mitos e impulsar un profundo cambio en la cultura organizacional, pero sin dudas experiencias como esta nos llenan de esperanza y nos permiten imaginar poderes judiciales centrados en las personas, en los que la gente pueda confiar, y que administren justicia sin dejar a nadie atrás.
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elisa bianchi Responder
Me parecen muy interesantes ambos ejemplos. En varios textos teóricos sobre Lenguaje Claro, se reflexiona sobre el presunto “nivel de escolarización” que debería el lector de estos textos, y consecuentemente, su capacidad de comprensión de los documentos como los ejemplificados. Pero en realidad, por lo menos en el “castellano judicial”, aún los lectores con formación terciaria no judicial, por ejemplo, arquitectos, ingenieros, farmacéuticos, etc. tendrían dificultades de comprensión. Y esto no sólo por el vocabulario, sino por la sintaxis, y las formas argumentativas.
En uno de los videos, un juez aconseja redactar con “sujeto - verbo y predicado”, lo que parece muy disruptivo en el “castellano judicial”.
¡Felicitaciones por estos esfuerzos de apertura!