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Lo que se necesita para reconstruir la confianza en las instituciones

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Kristalina Georgieva

En estos tiempos inciertos, en los que existe preocupación por la reducción del espacio cívico y el futuro de la participación justa en la toma de decisiones políticas y económicas, en el Grupo del Banco Mundial vemos la necesidad de centrarnos en los fundamentos: crear instituciones basadas en transparencia y participación, una agenda que esperamos que Europa siga liderando.

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Como Comisario Europeo de Asuntos Humanitarios Ayudar, viajé a Haití después del devastador terremoto de 2010. Más de 200,000 personas perdieron la vida y gran parte de la infraestructura vital de Haití quedó destruida junto con viviendas y negocios. No importa a dónde fui durante mi visita, la gente de Haití tenía el mismo mensaje: me dijeron que la Comisión Europea no debería dar dinero a su gobierno porque se lo robarían.

Al final de mi visita, concluí que la destrucción causada por el terremoto reflejaba un problema más profundo. Estaba convencido de que el legado de mal gobierno bajo Papa Doc y Baby Doc presentaba un desafío aún mayor para Haití. Las instituciones débiles y la corrupción generalizada significaron que Haití era más vulnerable cuando ocurrió el desastre y mal equipado para recuperarse después.

Como CEO del Banco Mundial, estoy comprometido con nuestros objetivos de eliminar la pobreza e impulsar la prosperidad compartida. El logro de estos objetivos no es solo una cuestión de dinero, sino que también depende del capital humano, las políticas para un crecimiento inclusivo y el aprovechamiento de nuevas ideas. Mientras tanto, el éxito depende de instituciones efectivas y una gobernanza de base amplia.

Si bien pocos países soportan condiciones tan duras como las de Haití, muchos enfrentan una crisis de confianza. Por lo tanto, debemos considerar cómo se pueden lograr los objetivos de desarrollo cuando la fe en las instituciones es baja.

La confianza trae un dividendo de desarrollo. Los países que tienen bajos niveles de confianza también tienen menores niveles de inversión y, en consecuencia, menores tasas de crecimiento. Esto no debería sorprendernos. Cuando la confianza en las instituciones es baja, las personas se ven obligadas a encontrar formas informales de resolver disputas, las mujeres tienen menos probabilidades de denunciar el acoso o la violencia doméstica, y las empresas tienen menos probabilidades de pagar impuestos o seguir las regulaciones ambientales.

Por el contrario, cuando la confianza es mayor, el comportamiento se vuelve más constructivo. Las personas están más dispuestas a utilizar intermediarios financieros que les ayuden a ahorrar y aprovechar su dinero. Es más probable que estos intermediarios hagan negocios con extraños y establezcan empresas, ayudándoles a especializarse y lograr economías de escala. También están más dispuestos a invertir en investigación y desarrollo, lo que a su vez contribuye a una mayor innovación.

Lo mismo se aplica a los factores que contribuyen a la reducción de la pobreza. Género la igualdad, la protección del medio ambiente, la movilización de ingresos nacionales: todos ellos dependen de la confianza. Las instituciones y la confianza van de la mano, cada una puede reforzar o socavar a la otra. Así como necesitamos entender cómo fortalecer las instituciones, también debemos entender los factores que debilitan la confianza.

Entre los factores más dañinos se encuentran la corrupción, la desigualdad, la falta de transparencia y la exclusión. Cuando la corrupción hace que las instituciones sean injustas, la creencia de las personas en esas instituciones disminuye. La desigualdad debilita la confianza, especialmente cuando se ve como el resultado de un campo de juego desigual. Cuando las personas no tienen voz en la formulación de políticas o no las encuentran transparentes, se sienten excluidas y comienzan a cuestionar la equidad del proceso.

Debido a que las instituciones y la confianza están entrelazadas, puede surgir un círculo vicioso. Por ejemplo, la falta de fe en el proceso de desarrollo de políticas públicas puede hacer que las personas pierdan la confianza y opten por no participar, lo que priva a la política resultante de los aportes que la habrían mejorado.

¿Hay formas de fortalecer la confianza en las sociedades? Y, si encontramos formas de detener los procesos corrosivos, ¿podemos convertir el círculo vicioso en un círculo virtuoso? En el Grupo del Banco Mundial, creemos que la respuesta es sí.

Los estudios muestran que el cumplimiento regulatorio aumenta cuando ha habido transparencia durante el proceso de desarrollo de regulaciones y cuando los más afectados han tenido la oportunidad de participar y brindar sus aportes. Nuestro proyecto de medición de Indicadores Globales de Gobierno regulatorio está explorando cómo los gobiernos interactúan con el público al dar forma a las regulaciones que afectan a las empresas y las personas. Cubre temas como la publicación de borradores de reglamentos para comentarios y si las personas pueden acceder a todas las leyes y reglamentos actualmente en vigor.

La transparencia es fundamental para generar confianza, tanto a través de la ampliación del acceso a la información como del fortalecimiento participación pública. La transparencia es el objetivo clave de las iniciativas de larga data que el Banco Mundial apoya en varios sectores importantes, incluida la Alianza Global para Responsabilidad social (GPSA), el marco de Gasto Público y Responsabilidad Financiera (PEFA), y el Industrias extractivas Iniciativa de Transparencia (EITI), así como la Open Government Partnership (OGP)

Garantizar que los países puedan prestar servicios básicos es otro factor clave. La corriente Innovaciones en Impuestos Cumplimiento El proyecto combina inversiones en cumplimiento, facilitación y confianza en los sistemas tributarios, todo concebido dentro de una estrategia más amplia para enfrentar las barreras políticas para la reforma y fortalecer los contratos fiscales. Al centrarse en la equidad, la equidad, la reciprocidad y la rendición de cuentas, este enfoque pragmático tiene como objetivo convertir el círculo vicioso en virtuoso.

En estos tiempos inciertos, donde existe la preocupación por la reducción del espacio cívico y el futuro de una participación justa en la toma de decisiones políticas y económicas, en el Grupo del Banco Mundial vemos la necesidad de centrarnos en los fundamentos: construir instituciones basadas en la transparencia y la participación, un agenda esperamos que Europa continúe liderando. Estas son las bases para la apertura y el multilateralismo en Europa y en toda la comunidad internacional.

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