Saltar navegación

Tres formas de gobernar mejor el uso de la IA

Tim HughesySarah Kennedy|

El desarrollo de la inteligencia artificial (IA) ofrece el potencial de generar importantes beneficios positivos para la sociedad. Sin embargo, existen profundas preocupaciones sobre los posibles impactos negativos sobre la democracia, los derechos fundamentales y la vida de las personas si no se gobierna correctamente. Gobierno abierto y sus principios rectores de transparencia, responsabilidad, inclusión y la participación tienen un papel clave que desempeñar para garantizar que la IA se utilice de manera responsable y al servicio del público.

OGP y el Gobierno de Kenia convocaron a reformadores del gobierno y de la sociedad civil de 12 países para discutir formas de gobernar las tecnologías digitales nuevas y emergentes. Aquí hay tres conclusiones clave para la gobernanza de la IA.

La sociedad debe definir la IA

La trayectoria de la IA debe estar determinada por los desafíos globales, nacionales y locales que enfrentamos y por los intereses de todos en la sociedad, no por los intereses privados de las grandes empresas tecnológicas y sus accionistas. 

Esto significa plantearse preguntas sobre qué, por qué y quién: ¿cuál es el desafío social que debe superarse? ¿Cómo puede la IA ayudar a afrontar el desafío? ¿Y quién se beneficiará y quién perderá con su uso? Identificar el problema y evaluar cómo una tecnología puede resolverlo, y con qué consecuencias, debería ser parte integral de la conceptualización, creación, gobernanza y evaluación del uso de la IA. 

Estos principios pueden realizarse en la práctica mediante:

  • Definir el “interés público” de la IA a través de conversaciones abiertas, inclusivas y con múltiples partes interesadas, incluida la sociedad civil y el público. Esto puede garantizar que la IA se desarrolle de manera coherente con los valores, intereses y preocupaciones del público, contribuyendo a un mayor impacto público y una confianza pública más sólida.
  • Mantener la supervisión humana y la responsabilidad de la IA y toma de decisiones automatizada. Las decisiones tomadas por un algoritmo deben poder ser cuestionadas por los humanos para garantizar que sus resultados coincidan con el propósito previsto. Esto incluye no sólo tener un “humano en la sala”, sino también a través de pruebas previas al despliegue, monitoreo continuo y transparencia en el impacto y derechos humanos evaluaciones

La IA no debe replicar las desigualdades existentes

La capacidad de asegurar los beneficios y evitar los riesgos de la IA no se comparte equitativamente. Los beneficios de la IA y otras tecnologías digitales para la humanidad solo pueden lograrse plenamente si se desarrollan teniendo en cuenta las necesidades, intereses, idiomas y contextos de diferentes países y comunidades diversas. 

Específicamente: 

  • Incidentes perjudiciales dirigidos a mujeres, juventudes, minorías y otros grupos vulnerables han demostrado la importancia de adquirir, diseñar, probar e implementar tecnologías de IA a través de un enfoque de derechos humanos y género lente. 
  • Las tecnologías digitales no son neutrales, sino que reproducen sesgos inherentes a sus datos, programación y usos. Para abordar verdaderamente estos sesgos en los algoritmos es necesario abordar los sesgos en nuestras instituciones y sociedades, pero también es necesario contar con mecanismos sólidos de quejas públicas, independientes y regulares. auditorías, y una estricta aplicación de las normas puede ayudar a erradicar y abordar estos sesgos en la IA.

 Las normas globales son importantes pero significan poco sin reformas nacionales  

Si bien la gobernanza global es importante, debe traducirse en regulaciones y reformas significativas de propiedad nacional para garantizar que se maximicen los beneficios de las tecnologías digitales para la sociedad y al mismo tiempo se minimicen los riesgos. Los reformadores nacionales de los gobiernos y la sociedad civil son clave para liderar esta agenda.

Los reformadores del gobierno abierto pueden liderar el camino al:

  • Desarrollar un marco político nacional sólido para la IA, a través de un proceso abierto e inclusivo, que brinde garantías al público de que se gestionan los riesgos y que es posible un uso responsable de la IA. Una gobernanza sólida crea el contexto para más innovación, no menos. Por el contrario, la falta de un marco aumenta los riesgos percibidos y reales y puede provocar una reacción pública y el abandono de soluciones potencialmente valiosas. 
  • Utilizar procesos de adquisiciones abiertos, inclusivos y responsables para garantizar la supervisión y una toma de decisiones sólida, incluso en ausencia de un marco legislativo sólido.

Los valores de gobierno abierto de transparencia, participación, inclusión y rendición de cuentas son clave para garantizar que la adopción de tecnologías digitales, como la IA, ayude a mejorar las vidas de las personas y las comunidades y fortalezca las democracias. Revisar la Guía Open Gov sobre gobernanza digital para más recomendaciones y ejemplos.

Aún no hay comentarios

Deje un comentario

Su dirección de correo electrónico no será publicada. Las areas obligatorias están marcadas como requeridas *

Más información

Miniatura del Desafío de Gobierno Abierto

El desafío del gobierno abierto

Únase a cientos de reformadores de todo el mundo (en el gobierno y la sociedad civil) que están trabajando para hacer que sus comunidades sean más fuertes, más abiertas, participativas, inclusivas y responsables.

Miniatura de Gobernanza Digital: Toma de Decisiones Automatizada, Algoritmos e Inteligencia Artificial

Gobernanza digital: toma de decisiones automatizada, algoritmos e inteligencia artificial

Miniatura para abordar información dañina en línea Otros

Abordar la información dañina en línea

La desinformación, la violencia de género (VBG) en línea y el discurso de odio impactan enormemente el espacio cívico y los procesos democráticos en línea. Los gobiernos deben tomar medidas para promover ecosistemas de información en línea saludables y seguros y al mismo tiempo...

Open Government Partnership