La información, la participación y el acceso a la justicia pueden salvar vidas, proteger territorios y lograr un desarrollo sostenible.
La información, la participación y el acceso a la justicia pueden salvar vidas, proteger territorios y lograr el desarrollo sostenible
el medio ambiente JusticePara abordar las barreras que impiden que los ciudadanos satisfagan sus necesidades de justicia, los gobiernos participantes de OGP están trabajando para ampliar la transparencia, la rendición de cuentas y la inclusión en todos los sistemas de justicia... Atlas cuenta actualmente con registros de 2,089 casos de conflicto socioambiental por la minería, extracción de petróleo y gas. Esta es otra de las muchas cifras llamativas que vemos a diario sobre el desempleo; desnutrición; grupos de desplazados, migrantes y refugiados; ataques terroristas; y muchos otros problemas que enfrenta nuestra sociedad.
Me inspira escribir sobre los llamados conflictos ambientales porque detrás de ellos, como es el caso de cualquier otro conflicto, se encuentran personas en territorios específicos que tienen sus propios medios de vida, tradiciones, plantas, animales, aire, nubes y ríos.
La mayoría de estos conflictos han surgido como resultado de proyectos de inversión y explotación que invaden los territorios de las personas, como los esfuerzos de minería e hidroelectricidad. Estos proyectos amenazan severamente la vida de los grupos locales. La gran paradoja es que, aunque las comunidades locales tienen la mayor participación, tienden a tener poco o ningún poder para tomar decisiones sobre el proyecto. De hecho, a menudo ni siquiera tienen acceso a información básica sobre el proyecto: ¿de qué se trata? ¿Dónde tendrá lugar? ¿Quiénes son los gerentes de proyecto?
A menudo es casi imposible para ellos acceder a la información sobre los posibles impactos del proyecto. Los gobiernos y los inversores tienden a ver esta información como un "secreto de Estado". La posibilidad de opinar, expresar sus preocupaciones y mantener un diálogo informado y significativo con el gobierno y los inversores sobre el proyecto es un lujo, casi un milagro. Cuando esto sucede, es la excepción y no la regla.
En otras palabras, y desde una perspectiva de derechos, las comunidades afectadas tienen muy pocas oportunidades para ejercer sus derechos. derecho de informaciónEl derecho legal de solicitar información del gobierno permite al público seguir la toma de decisiones del gobierno, participar para garantizar mejores decisiones y hacer que el gobierno rinda cuentas. Técnica... y participación en las decisiones que impactarán los territorios que habitan. El acceso a la información es un derecho humano y un elemento crucial de las democracias. Según la Ley Modelo Interamericana, información pública es “cualquier tipo de dato en custodia o control de una autoridad pública”. Participacion ciudadanaDe acuerdo con los Artículos de Gobernanza de OGP, la participación ciudadana ocurre cuando "los gobiernos buscan movilizar a los ciudadanos para que participen en el debate público, brinden aportes y hagan contribuciones que conduzcan a m ... Más, a su vez, se define como la oportunidad para que la ciudadanía se involucre, de manera oportuna y significativa, en la elaboración de políticas públicas, estrategias y planes a diferentes niveles sobre proyectos con impactos ambientales potenciales (CEPAL, 2013).
Hay muchas razones detrás de la falta de gobernabilidad democrática y de respeto a la derechos humanosUna parte esencial del gobierno abierto incluye proteger las libertades y los derechos sagrados de todos los ciudadanos, incluidos los grupos más vulnerables, y responsabilizar a quienes violan los derechos humanos. T.... Me gustaría destacar uno en particular: los marcos legales de los países latinoamericanos que delinean mal los deberes y procedimientos para el acceso a la información y la participación ciudadana en materia ambiental.
Un ejemplo es el análisis legal realizado en 17 países de América Latina que mostró un nivel desigual de reconocimiento del derecho de acceso a la información. Mientras algunos países promueven este derecho, otros lo garantizan. Los marcos legales que garantizan este derecho incluyen obligaciones tales como: un plazo definido para la entrega de información, métodos adecuados de entrega que tengan en cuenta las necesidades locales y la necesidad de difundir la información con un lenguaje claro. Solo el 35% de los países han incorporado estos estándares en sus legislaciones.
Con respecto a la participación ciudadana, la investigación analizó las disposiciones sobre audiencias públicas de proyectos que están registrados en el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA) como un requisito básico para la participación. El resultado es bastante desalentador. Solo los países 4 (21%) están obligados a realizar consultas públicas sobre proyectos registrados en el SEIA. En los países 7 (41%) la consulta es voluntaria.
¿Qué puede hacer la gente al respecto? Se organizan para defender sus territorios. Otra realidad dolorosa es el asesinato de muchos líderes territoriales en América Latina y el Caribe que se han hecho llamar defensores del medio ambiente. Según el informe de Global Witness de abril 2015, en 2014 al menos 166 defensores ambientales fueron asesinados. La mayoría de estos asesinatos ocurrieron en Brasil (29), Colombia (25) y Honduras (12). Cuarenta y siete (40%) de ellos eran miembros de un grupo indígena. Además, en 2014 los asesinatos relacionados con proyectos hidroeléctricos se dispararon. Un ejemplo destacado fue el asesinato de la defensora hondureña Berta Cáceres, a quien se le había otorgado el Premio Ambiental Goldman en 2015.
Aquí es donde la negociación en curso entre 23 países de América Latina y el Caribe se vuelve crítica para la región. La promesa de un futuro acuerdo –hago énfasis en la palabra promesa ya que las negociaciones no han concluido y ciertos gobiernos han mostrado posiciones muy conservadoras– es que los Estados adquirirán obligaciones más fuertes en materia de información, participación y acceso a la justiciaLos sistemas de justicia accesibles, tanto formales como informales, garantizan que las personas y las comunidades con necesidades legales sepan adónde acudir en busca de ayuda, obtengan la ayuda que necesitan y se muevan a través de un sistema que... Más para que la ciudadanía pueda participar en los asuntos ambientales.
Esta negociación es parte de los compromisos establecidos por el Gobierno de Chile en su primer OGP Nacional Plan de AcciónLos planes de acción son el núcleo de la participación de un gobierno en OGP. Son el producto de un proceso de co-creación en el que el gobierno y la sociedad civil desarrollan conjuntamente compromisos de gobierno abierto.... Esto compromisoLos compromisos de OGP son promesas de reforma creadas conjuntamente por los gobiernos y la sociedad civil y presentadas como parte de un plan de acción. Los compromisos suelen incluir una descripción del problema, una acción concreta... fue propuesta por la sociedad civil, y aceptada y apoyada por el Gobierno.
Creo que es difícil entender realmente el impacto potencial de este acuerdo a medio plazo, tal y como está planteado en los Planes Nacionales de Acción, lo cual es comprensible dada la ambiciónDe acuerdo con los Artículos de Gobernanza de OGP, los compromisos de OGP deben "extender la práctica del gobierno más allá de su línea de base actual con respecto a áreas clave de gobierno abierto". La ambición captura el po... de la tarea Sin embargo, el hecho de que esta negociación esté enraizada en el Plan Nacional de Acción de Chile es un elemento crítico, ya que ha proporcionado visibilidad y una postura más fuerte, así como también ha reflejado la voluntad política de actuar.
El Atlas de Justicia Ambiental (www. https://ejatlas.org/) registra 2.089 casos reportados a esta fecha sobre conflictos socio ambientales debido a la actividad minera, petrolera y de gas entre otros.
Esta terrible cifra es una más dentro de las tantas que vemos todos los días sobre desempleo, desnutrición, desplazados, migrantes, refugiados, actos terroristas, y tantos otros males en nuestras sociedades.
Me inspira escribir estas palabras sobre lo que denominamos conflictos socioambientales, por qué detrás de ellos, como en todos los conflictos, hay personas en territorios concretos, que los habitan con sus formas de vida, su forma de ganarse la vida, sus tradiciones, sus plantas, sus animales, su aire, sus nubes, sus ríos.
La gran mayoría de estos conflictos surgen por la llegada a estos territorios de grandes proyectos de inversión y de explotación de recursos naturales tales como minería e hidroeléctricas.
Para cualquier habitante de estos territorios estos proyectos constituyen una amenaza a todas las dimensiones de su vida, no sólo por la envergadura de los proyectos, pero además por qué ellos y ellas serán directamente afectados, y la gran paradoja, es que a pesar de ser los más afectados tienen ninguna o casi ninguna injerencia en las decisiones sobre el proyecto en cuestión.
De hecho en muchos casos ni siquiera tienen donde obtener información básica sobre el proyecto: ¿De qué se trata? ¿Dónde se instalaría? ¿Quiénes son los responsables del proyecto?.
La mayoría de las veces conseguir información sobre los impactos del proyecto en el territorio es casi imposible, en varios ocasiones esta información es tratada por los Gobiernos y los inversionistas como si fuera un secreto de Estado.
La posibilidad de opinar, manifestar preocupaciones, dudas y sostener un diálogo informado y sustantivo con el Gobierno y los inversionistas respecto del proyecto es un lujo, casi un milagro. En caso de ocurrir es una excepción, nunca la regla general.
Dicho en otras palabras y desde una perspectiva de derechos, las comunidades afectadas tienen muy pocas posibilidad de ejercer sus derechos a la información y a la participación en aquellas decisiones que afectarán los territorios donde habitan.
El acceso a la información es un derecho humano y una condición esencial para toda sociedad democrática. La Ley Modelo Interamerican define como información pública toda aquella que está bajo diveros formatos en la administración de las autoridades públicas, incluyendo toda la información.
Por su parte la participación ciudadana es entendida como la oportunidad que tiene la ciudadanía de involucrarse en forma oportuna y significativa para ser parte de la definición de políticas, estrategias y panes en varios niveles y sobre los proyectos que tienen impactos ambientales (CEPAL, 2013).
Son múltiples las razones que existen para esta debilidad clave de la gobernabilidad democrática y del respeto a los derechos humanos en nuestros países. Una de ellas que me interesa destacar es la debilidad de los marcos legales en los países de América Latina, donde las obligaciones y procedimientos existentes para el ejercicio de la información y la participación en materia de asuntos ambientales son débiles.
Por ejemplo, en el análisis legal realizado en los 17 países de América Latina para identificar los diferentes niveles de reconocimiento del derecho de acceso a la información pública se puede apreciar que algunos países promueven el acceso a la información, mientras otros lo garantizan. Los marcos legales que garantizan incluyen obligaciones tales como: un período de tiempo establecido para la entrega de información; establecen que la información debe ser entregada por medios adecuados a las características de las comunidades y establecen que la información debe ser clara y entendible. Sólo el 35% de los países incorpora estos estándares en sus legislaciones.
Respecto de participación ciudadana, el estudio analizó las provisiones sobre audiencias públicas para proyectos que ingresan al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA) como una instancia mínima de participación. El resultado es bastante desalentador. Sólo 4 países (24%) tienen la obligación de realizar una consulta pública para proyectos que ingresan a SEIA. En 7 países (41%) la consulta es de carácter voluntario.
¿Qué hacen las personas frente a esta situación? Se organizan para defender su territorio. Y aquí viene otra realidad muy dolorosa. El asesinato y muerta a muchas personas en América Latina y el Caribe que son líderes en sus territorios. Se han llamado defensores ambientales. De acuerdo a cifras de Global Witness (https://www.globalwitness.org/en/campaigns/environmental-activists/cuantos-mas/) en su Informe de abril del 2015, en el 2014 al menos 116 defensores del medio ambiente y la tierra murieron asesinados: la mayoría en Brasil (29), Colombia (25) y Honduras (12); 47 víctimas eran miembros de algún grupo indígena, lo que representa un 40 % del total, e indica que el 2014 se disparó el número de asesinatos relacionados con proyectos hidroeléctricos.
Un caso emblemático fue al asesinato de la defensora hondureña Berta Cáceres, ganadora del Premio Goldman de Medio Ambiente de 2015.
Y aquí es donde la negociación que se está llevando a cabo por 23 países de América Latina y el Caribe adquiere una relevancia fundamental para nuestra región.
La promesa de este futuro convenio -digo promesa por que las negociaciones no han finalizado y hay varios Gobiernos con posiciones muy conservadoras al respecto- es que establecerá obligaciones fortalecidas al Estado en materia del ejercicio de la información, la participación y al acceso a la justicia a la ciudadanía en la toma de decisiones sobre asuntos ambientales.
Esta negociación ha sido parte de los compromisos del Gobierno de Chile desde su Primer Plan de Acción para la Alianza del Gobierno Abierto. Este fue propuesto desde la sociedad civil y fue aceptado y apoyado por el Gobierno.
Me parece que es difícil dimensionar el potencial impacto que este Convenio puede tener en el mediano plazo en nuestra sociedades tal como está presentado en los Planes de Acción. Lo cual es entendible ya que no es una tarea fácil.
A pesar de esto, para esta negociación regional ha sido importante estar en los Planes de Acción de Chile ya que le ha dado visibilidad, posicionamiento y refleja la voluntad política de Chile al respecto.