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Empoderando a la sociedad civil para un mejor control sobre las plataformas digitales

Henri Verdier|
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Henri Verdier

Ahora es el momento de aplicar los principios básicos del gobierno abierto: transparencia, participación social y rendición de cuentas, a las gigantescas empresas tecnológicas.

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La aparición de la World Wide Web hace casi 30 años transformó profundamente nuestras sociedades al permitir que miles de millones de personas en todo el mundo se conectaran e intercambiaran información; abriendo nuevas formas de pensar y capacitando a la sociedad civil para monitorear gobiernos, descubrir la corrupción, derrocar a dictadores e incluso fortalecer la democracia.

De hecho, el acceso gratuito y abierto a la Web se ha vuelto tan crucial hoy en día que las Naciones Unidas Derechos humanos El Consejo reconoce el acceso a Internet como un derecho humano fundamental y afirma que “Internet es uno de los instrumentos más poderosos del siglo XXIst siglo por aumentar la transparencia en la conducta de los poderosos, el acceso a la información y por facilitar participacion ciudadana en la construcción de sociedades democráticas”. Este potencial para una mayor transparencia ha empoderado a la sociedad civil para remodelar profundamente la forma en que entendemos la democracia en un momento en que casi el 80% de la población mundial sabe leer y escribir. También ha ayudado a crear la confianza subyacente en nuestras instituciones y la cohesión social, lo que ha permitido que nuestras democracias se mantengan fuertes bajo presión.

Si bien nuestras instituciones de gobierno han comenzado la transformación necesaria para permitir una supervisión pública mejorada, han surgido nuevos actores opacos, a veces manipuladores o criminales, con el advenimiento de la revolución digital. Hoy, miles de millones de personas experimentan la Web solo a través de un número limitado de enormes empresas privadas, creadas con el objetivo de maximizar sus ganancias dentro de la nueva economía de Atención.

Para ser claros, no deberíamos abogar por un cambio en los objetivos de estas empresas. Si bien es importante reconocer la contribución de estas empresas para ayudar a nuestras democracias a adaptarse al nuevo paradigma de gobierno abierto, no es su función reformar los marcos sociales de nuestros compromisos políticos. En cambio, si queremos revitalizar nuestras democracias europeas y restaurar la confianza en nuestras instituciones, debemos desafiar statu quo y volver a politizar, en el sentido más noble, la definición colectiva de nuestros valores sociales. En otras palabras, la computación nunca debería reemplazar la vida política de una comunidad como base para la gobernanza.

De hecho, si el acceso libre y abierto a Internet es un derecho humano fundamental, entonces no podemos permitir que un puñado de plataformas construyan los códigos y algoritmos que finalmente definirán qué opiniones o ideas se comparten y qué valores deberían protegerse o prohibirse. Estas decisiones deben tomarse con total transparencia y después de la participación social colectiva, a nivel institucional, permitiendo que tanto los gobiernos como la sociedad civil responsabilicen a estas empresas por sus acciones.

Por lo tanto, el primer paso para revitalizar la democracia en Europa es acordar, a nivel de la UE, un nuevo marco legal que imponga un nivel mucho más alto de transparencia a estos actores. Esta obligación de transparencia permitirá a la sociedad civil cocrear, junto con las mentes más brillantes de los sectores empresarial, tecnológico, gubernamental y académico, las herramientas necesarias para enfrentar las amenazas a la libertad política.

Recientemente se tomó una medida inicial hacia la transparencia con la firma de un compromiso por parte de las plataformas de redes sociales para mejorar el escrutinio de sus ubicaciones de publicidad política en línea. Sin embargo, esto está lejos de ser suficiente y algunas empresas han sido muy lentas en la implementación de las medidas que acordaron. En cambio, el nuevo marco regulatorio necesita imponer requisitos de transparencia mucho más estrictos que también deberían extenderse a ciertos algoritmos utilizados por estas plataformas. Francia se compromete a impulsar algunas de estas medidas durante su presidencia de G7 este verano.

En las últimas décadas, hemos entendido colectivamente, como lo declaró Karl Popper*, que una sociedad abierta sólo puede lograrse si el ciudadano individual es capaz de evaluar críticamente las consecuencias de la implementación de las políticas gubernamentales, que luego pueden abandonarse o modificarse a la luz de dicho escrutinio. Ha llegado el momento de aplicar los principios básicos del gobierno abierto (transparencia, participación social y responsabilidad) a las empresas tecnológicas gigantes y empoderar a la sociedad civil mediante el uso de nuestra inteligencia colectiva y evaluar críticamente las consecuencias de ciertos códigos y algoritmos. Esto es esencial para lograr un nuevo equilibrio democrático y restablecer la confianza en nuestras instituciones en toda Europa.


* Thornton, Stephen, "Karl Popper", The Stanford Encyclopedia of Philosophy (edición de otoño de 2018), Edward N. Zalta (ed.), https://plato.stanford.edu/archives/fall2018/entries/popper/

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