Gobierno Abierto: Reflexiones desde Uruguay
Gobierno Abierto: Una reflexión desde Uruguay
Para cuando lea esto, cientos de personas de todo el continente habrán llegado a Montevideo para participar en la Reunión Regional de OGP Américas. Es un honor y un placer para Uruguay dar la bienvenida a las personas de la región que luchan por marcar la diferencia. Cinco años después del proceso, nos gustaría compartir con ustedes algunas de las lecciones que hemos aprendido y que esperamos discutir en el transcurso del evento.
Hemos avanzado por etapas. Cuando comenzamos el proceso en Uruguay, nadie sabía realmente qué era el gobierno abierto o qué beneficios traería. La creación de nuestra primera plan de acciónLos planes de acción son el núcleo de la participación de un gobierno en OGP. Son el producto de un proceso de co-creación en el que el gobierno y la sociedad civil desarrollan conjuntamente compromisos de gobierno abierto... se dio en un contexto complejo y no tuvo el éxito que nos hubiera gustado. Nunca antes habíamos co-creado o co-implementado compromisos; esta fue una experiencia nueva tanto para el gobierno como para la sociedad civil organizada. Sin embargo, hubo muchos elementos interesantes para destacar.
El proceso descubrió la existencia de una sociedad civil que estaba dispuesta a participar, así como de evaluadores independientes dispuestos a tomarse su trabajo en serio. También debemos destacar la importancia de que el país tenga las condiciones adecuadas, incluido un marco institucional sólido, leyes para regular el acceso a la información pública y una cultura democrática.
Durante la creación del segundo plan, estuvimos mejor preparados, lo que permitió la creación de espacios de diálogo que llevaron a acciones concertadas en temas clave como datos abiertosAl abrir los datos y hacerlos compartibles y reutilizables, los gobiernos pueden permitir un debate informado, una mejor toma de decisiones y el desarrollo de nuevos servicios innovadores. Especificaciones técnicas: Póliza... y acceso a la información pública. Esto resultó en mejoras significativas en el diálogo; logramos una verdadera construcción colectiva y de consenso que permitió la toma de decisiones colaborativas entre el gobierno, la sociedad civil y la academia.
Afortunadamente, el tercer Plan de Acción Nacional tiene una gran demanda por parte de interesados nuevos y diversos. Hay nuevos enfoques, desafíos y problemas para incorporar en la agenda, y nuevas voces para ser escuchadas, tanto del gobierno como de la sociedad civil. Necesitábamos un foro adecuado para el diálogo, que es un trabajo muy exigente que necesita actores dispuestos.
Cosas buenas han salido de este proceso. Mejoramos nuestro legislación de Ruanda,Crear y aprobar legislación es una de las formas más efectivas de garantizar que las reformas de gobierno abierto tengan efectos duraderos en las prácticas gubernamentales. Especificaciones técnicas: Acto de crear o r..., que conduce a la divulgación proactiva de información pública en un formato de datos abiertos; demostramos que la co-creación de políticas de servicio público es posible con la implementación de las iniciativas atuervicio.uy y pormibarrio.uy. Abrimos la información gubernamental para que la utilicen otros grupos de interés a través de plataformas como rampata.uy y precios.uy. Fomentamos también el periodismo de datos en nuestro país.
Iniciamos diálogos con sectores que tradicionalmente han sido excluidos y abordamos nuevos problemas. Creamos un grupo de trabajo y aprovechamos los recursos para gestionar el proceso. Sobre todo, aprendimos que las ideas pueden venir de cualquier parte y que, aunque no todas las ideas pueden implementarse, todas pueden discutirse y documentarse. Esto se refleja en muchos indicadores de instrumentos internacionales de evaluación. Aquellos de nosotros que trabajamos en estos temas reconocemos que, aunque es bueno recibir elogios, queda mucho trabajo por delante. La mejor noticia es que tenemos más ideas para avanzar.
También reconocemos el hecho de que no todos los problemas pueden resolverse mediante un gobierno abierto. Es tentador pensar que un gobierno abierto puede resolver los problemas que han prevalecido en nuestra sociedad durante décadas. Sin embargo, hay ciertos asuntos que requieren discusión y controversia y no necesariamente sucederán en un contexto de gobierno abierto. No estamos evitando estos temas, pero nuestro sistema se basa en la creación de consenso en torno a las propuestas y en la responsabilidad compartida de decidir sobre el contenido de los planes para nuestro país.
Por lo tanto, es necesario definir claramente lo que esperamos del proceso, establecer las premisas adecuadas y las reglas generales, y cumplir con nuestros objetivos. También es importante hacer demandas viables y reconocer cuándo no se pueden cumplir ciertas demandas. Cada parte tiene sus funciones y responsabilidades correspondientes, y juntos, tenemos un compromisoLos compromisos de OGP son promesas de reforma creadas conjuntamente por los gobiernos y la sociedad civil y presentadas como parte de un plan de acción. Los compromisos suelen incluir una descripción del problema, una acción concreta.... Actualmente estamos trabajando en el establecimiento de reglas para institucionalizar las prácticas existentes. Intentamos ser precisos. Evitamos escribir poesía y apuntamos a establecer acciones concretas que reflejen las necesidades de quienes participan en la creación de planes.
Tenemos muchas otras preocupaciones que constituyen nuestra agenda. No siempre está claro cómo estos procesos serán sostenibles, particularmente en términos de participacion ciudadanaDe acuerdo con los Artículos de Gobernanza de OGP, la participación ciudadana ocurre cuando "los gobiernos buscan movilizar a los ciudadanos para que participen en el debate público, brinden aportes y hagan contribuciones que conduzcan a m ... Más. Debemos encontrar los vínculos entre nuestro trabajo y otras agendas, como la Objetivos de Desarrollo SostenibleLos países de OGP están experimentando con innovaciones de gobierno abierto para acelerar el progreso en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en particular el ODS 16+, que incluye sociedades pacíficas, justas e inclusivas.... A veces creemos que se deben medir ciertas expectativas en torno al alcance del gobierno abierto. Quizás necesitemos menos declaraciones grandilocuentes y más acción para diferenciar esta iniciativa de otras. Debemos reconocer que los foros de gobierno abierto no siempre serán los más glamurosos, pero serán aquellos donde se generen políticas públicas abiertas para fortalecer nuestras democracias.
Nos gustaría compartir nuestras experiencias con usted, pero también estamos llenos de preguntas. Este es un momento complejo durante el cual los gobiernos y la sociedad civil necesitan redefinir su relación. No tenemos todas las respuestas, pero tenemos desafíos comunes. La corrupción, las nuevas formas de ciudadanía y la capacidad de nuestras instituciones para resolver los problemas actuales son cuestiones radicales: ¿qué tipo de sociedades crearemos? ¿Serán abiertos, democráticos y prósperos? ¿Podrán nuestras instituciones abordar los desafíos de una nueva era? Estas son preguntas importantes y, según nuestra experiencia, el gobierno abierto hasta ahora ha demostrado estar entre las mejores respuestas.
Para cuando lean esto, cientos de personas de todo el continente estarán llegando a Montevideo a compartir el tercer Encuentro Regional de las Américas de la Alianza para el Gobierno Abierto. Para Uruguay, es siempre un honor y una alegría recibir a quienes construyen este esfuerzo en la región. A cinco años de haber comenzado este camino, queremos compartir con ustedes algunas cosas que aprendimos y que esperamos dialogar con ustedes durante este evento.
Nuestro avance ha sido gradual, de menos a más. Cuando comenzamos este proceso en Uruguay realmente nadie entendía bien qué era, ni para qué servía el gobierno abierto. La construcción de nuestro primer plan nacional nos encontró en el medio de otros procesos y no fue todo lo satisfactorio que hubiéramos querido. La idea de co-crear compromisos y co-implementarlos no era algo que hubiéramos hecho antes. Para el gobierno era una novedad y para la sociedad civil organizada también. Pero existieron muchos aspectos interesantes a destacar.
El ejercicio reveló, por un lado la existencia de una sociedad civil dispuesta a participar con propuestas, así como de evaluadores independientes dispuestos a hacer seriamente su trabajo. Debemos también resaltar la importancia de contar desde los inicios con un contexto país favorable, desde un marco institucional en fuerte crecimiento, leyes que regulan el acceso a la información pública y una cultura democrática que claramente nos identifica.
Nuestro segundo plan nos encontró mejor parados y permitió el nacimiento de espacios de diálogo que llevaron a acciones concertadas en temas claves como datos abiertos, y acceso a la información pública. El proceso incluyó una mejora sustantiva en cómo dialogar, logrando un efectivo proceso de construcción colectiva y de consenso que nos permitiera adoptar decisiones de forma conjunta entre el gobierno, la sociedad civil y la academia.
Nuestro tercer intento nos encuentra -felizmente- con sobredemanda por nuevos y diversos actores, nuevos enfoques, nuevos desafíos y temas a incluir en agenda, nuevas voces que escuchar, de ambos lados, tanto gobierno como sociedad civil. Había necesidad de poner la mesa para hablar. Y queremos decir que poner esa mesa es un proceso que demanda mucho trabajo y buena voluntad de todas las partes.
De este proceso han salido cosas positivas. Mejoramos nuestra legislación, obligando a la publicación de información pública de manera proactiva en formatos abiertos, probamos que es posible la colaboración y co-creacion de servicios públicos, las con iniciativas como Atuservicio.uy y pormibarrio.uy, abrimos la información del Estado para ser reutilizada por otros actores, en aplicaciones como Rampita.uy, precios.uy y fomentamos la tarea del periodismo de datos en nuestro país.
Comenzamos diálogos con sectores tradicionalmente excluidos en nuestra sociedad y emergieron temas nuevos para seguir trabajando. Logramos conformar un Grupo de Trabajo colaborativo y comprometido, así como contar con recursos que nos permiten poder gestionar todo el proceso. Sobre todo aprendimos que las buenas ideas efectivamente vienen de muchas partes y aunque todas no puedan ser implementadas, sí pueden ser discutidas y documentadas. Mucho de esto se refleja en los buenos resultados en los indicadores que tiene nuestro país según varios instrumentos de medición internacionales. Quienes trabajamos en esto sabemos que, a pesar que es bueno recibir halagos, queda mucho camino por delante. Y la mejor noticia es que tenemos más ideas para el futuro.
También somos conscientes que no todo se resuelve con gobierno abierto. Es tentador pensar que cuando un gobierno es más abierto, es más fácil resolver problemas presentes en nuestra sociedad desde hace décadas. Hay temas que requieren de disenso y discusión y que no necesariamente se darán en los ámbitos del gobierno abierto. No eludimos hablar de estos temas, ni los corremos debajo de la alfombra. Pero nuestro sistema se basa en el consenso en torno a las propuestas y en la responsabilidad compartida de decidir sobre el contenido de los planes y compromisos país. Si tenemos en este proceso una herramienta que nos permite un diálogo abierto y transparente.
Esto requiere reflejar con claridad lo que esperamos de este proceso, establecer las premisas y reglas de juego en conjunto, y cumplir con lo pactado. Y también ser claros en las demandas y reconocer cuando no se puede cumplir. Cada una de las partes tiene su rol y responsabilidades y sumados tenemos un compromiso en su conjunto. Actualmente estamos fijando estas reglas de forma de institucionalizar aún más la práctica existente. Tratamos de ser precisos. No hacemos poesía del gobierno abierto, sino que genuinamente buscamos acciones concretas que reflejen el pensar y sentir de quienes participan y construyen este plan.
También hay muchos temas que nos preocupan y forman nuestra agenda de trabajo. No siempre es claro cómo estos procesos se harán sostenibles, particularmente en términos de la participación ciudadana. Debemos lograr alcanzar más conexión de los temas que tratamos con otras agendas de trabajo tales como los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Ocasionalmente pensamos que algunas expectativas sobre lo que los procesos de gobierno abierto pueden lograr deberían calibrarse. Tal vez menos declaraciones altisonantes y más acción sea lo que requiere este espacio para diferenciarse de otros. Esto conlleva reconocer que el foro de gobierno abierto no siempre será el más glamoroso, pero sí será el de los que construyen políticas públicas abiertas para fortalecer nuestras democracias.
Nos gustaría compartir más aprendizajes con ustedes, pero la realidad es que también estamos llenos de preguntas. Vivimos tiempos complejos donde los gobiernos y la sociedad deben re-articular su relacionamiento. No tenemos todas las respuestas y tenemos desafíos comunes. La corrupción, la inercia de nuestras instituciones para resolver problemas centrales de este nuevo tiempo y un nuevo tipo de ciudadanía nos interpelan de forma radical ¿Qué tipo de sociedades construiremos? ¿Serán sociedades abiertas, democráticas y prósperas? ¿Responderán nuestras instituciones a los cambios de esta nueva era? Son preguntas grandes y nuestra experiencia dice que gobierno abierto es -a la fecha- una de nuestras mejores respuestas.