La lucha contra la corrupción en América Latina requiere una mayor ambición.
La lucha contra la corrupción en América Latina requiere de una mayor ambición
El Open Government PartnershipEl Open Government Partnership (OGP) es una iniciativa de múltiples partes interesadas enfocada en mejorar la transparencia del gobierno, garantizar oportunidades para la participación ciudadana en asuntos públicos y fortalecer... Más (OGP) La reunión regional llega en un momento político tenso en la región. Una variedad de "escándalos", principalmente relacionados con la falta de ética pública, responsabilidad y / o corrupción, han ocupado las noticias en los últimos meses (estos son bien conocidos y no los mencionaré aquí). En este contexto, se han levantado muchas voces para burlarse de la calidad de la democracia en algunos países latinoamericanos. A este respecto, uno puede ver puntos positivos y no tan positivos ...
La buena noticia es que, incluso si en muchos casos los regímenes democráticos aún son jóvenes, los valores subyacentes de estos regímenes se han establecido en gran medida como la única opción disponible para América Latina. Las sociedades latinoamericanas ya no requieren soluciones que sobrepasen los límites o que vayan más allá de los canales establecidos por las instituciones democráticas. Además, las grandes deudas de los gobiernos de la región no pueden subestimarse.
La noticia “no tan positiva” es que, si bien la región ha dado y sigue dando grandes pasos en materia de transparenciaDe acuerdo con los Artículos de Gobernanza de OGP, la transparencia ocurre cuando "la información en poder del gobierno (incluidas las actividades y decisiones) es abierta, completa, oportuna y está disponible gratuitamente para el público... Más, los niveles de corrupción (o, más exactamente, las percepciones de la gente sobre los niveles de corrupción) no han disminuido, sino todo lo contrario. Durante mucho tiempo, mayores niveles de transparencia se han asociado con menores niveles de corrupción. Pero una mayor transparencia, aunque claramente necesaria, no es suficiente. La clásica diferenciación que hace Fox (2007) entre transparencia 'opaca' y 'clara' y entre rendición de cuentas 'débil' y 'fuerte' nos ayuda a entender por qué, en la lucha contra la corrupción, el acceso a la información sobre las acciones gubernamentales es necesario pero no suficiente.
La transparencia hace referencia clara al acceso a información confiable sobre la actividad institucional, con especificaciones sobre las responsabilidades de los funcionarios, así como el uso de fondos públicos. Sin embargo, una "transparencia clara" por sí sola no garantiza una "fuerte responsabilidad". Esto último implica no solo 'responsabilidad' (responsabilidad) sino también la posibilidad de la aplicación de sanciones efectivas cuando sea necesario (Fox, 2007).
Siguiendo esta breve explicación, es obvio que, en la lucha contra la corrupción, es necesario tener una clara transparencia y también una fuerte rendición de cuentas (responsabilidad + sanciones). En términos de Fox, no debe esperarse que la responsabilidad surja de una transparencia opaca, al igual que no debe esperarse una fuerte responsabilidad de la responsabilidad. Por ello, para pasar de la transparencia a una fuerte rendición de cuentas (indispensable para generar cambios de comportamiento y, de esta forma, poder combatir la corrupción) es necesario contar con un sistema normativo claro, un judicialSi bien la mayoría de las reformas de gobierno abierto ocurren dentro del poder ejecutivo, los miembros de OGP están asumiendo cada vez más compromisos para aumentar la apertura del poder judicial. Especificaciones técnicas... y una sociedad civil fuerte que exige rendición de cuentas por todas las acciones gubernamentales.
En este contexto, muchos de los compromisos incluidos en los Planes de Acción Nacionales (PNA) de OGP se relacionan con la necesidad de tener más información (y, por supuesto, datos) sobre las actividades de los gobiernos, es decir, una mayor transparencia. Pero, si esta mayor transparencia no va acompañada de cambios más profundos, en última instancia no frenará la impunidad, lo que resulta en el fracaso de tantas medidas que, en el papel, parecerían contribuir a sociedades menos corruptas. Entre otras cosas, algunos de estos cambios deberían estar relacionados con el logro de poderes judiciales (en realidad, miembros de poderes judiciales) que sean verdaderamente independientes, así como con la creación de mecanismos institucionales que garanticen sanciones administrativas y / o judiciales (según el caso).
Por último, también es necesario resaltar la necesidad de que existan actores de la sociedad civil organizados y comprometidos dispuestos a exigir responsabilidad a sus líderes. En muchos casos, estas organizaciones tienen la experiencia necesaria para monitorear acciones gubernamentales que para los ciudadanos comunes pueden parecer muy técnicas y complejas.
Compromisos en las Américas relacionados con la anticorrupción y su impacto potencial (Fuente: OGP Explorer)
En conclusión, no hay fórmulas mágicas. Hay muchos elementos y actores necesarios para implementar medidas que sean efectivas para reducir los altos niveles de corrupción en muchos países de la región. OGP, que recientemente creó un Grupo de trabajo anticorrupción, proporciona una plataforma ideal para incluir una amplia gama de actores de diversos campos. Pero la incorporación de estos actores (que en muchos casos ya están colaborando) es solo el primer paso. Deben buscarse compromisos más ambiciosos, compromisos que conduzcan a un cambio real. Sin esto, solo veremos mejoras parciales y aisladas. Es una cuestión de todos nosotros, cada uno de nuestro propio país y sector social, promoviendo y esforzándonos por lograr cambios efectivos que mejoren la calidad de vida de todos los latinoamericanos.
Referencias:
Fox, J. (2007). La relación incierta entre transparencia y responsabilidad. Desarrollo en la práctica, 17 (4-5), 663-671.
El encuentro regional de las Américas de la Alianza para el Gobierno Abierto (AGA) llega en un momento agitado, en términos políticos, en la región. Una gran variedad de “escándalos” -mayormente ligados a temas de falta de ética pública, rendición de cuentas y/o por corrupción- poblaron las noticias regionales en los últimos meses (no las voy a repetir aquí porque son de público conocimiento). En este contexto, muchas voces se han alzado para denostar la calidad democrática en varios países de América Latina. En relación a este punto se pueden observar un punto positivo y otro no tanto….
La noticia positiva es que, si bien en muchos casos los regímenes democráticos son todavía jóvenes, los valores subyacentes a esos regímenes se han establecido mayormente como la única opción disponible para América Latina. Las sociedades ya no se encuentran reclamando soluciones que puedan traspasar los canales proporcionados por las instituciones democráticas. De todos modos, las grandes deudas de los gobiernos de la región no pueden subestimarse.
La parte “no tan positiva” es que la región ha dado, y sigue dando, grandes pasos en términos de transparencia y, a pesar de ello, los niveles de corrupción (o mejor, dicho de percepción de la corrupción) no hay disminuidos, sino todo lo contrario. Por mucho tiempo se han asociado a mayores niveles de transparencia con menores niveles de corrupción. Empero mayor transparencia, si bien necesaria, no es condición suficiente. La clásica diferenciación de Fox (2007) entre transparencia opaca/clara y rendición de cuentas débil/fuerte siempre nos ayuda a comprender los motivos por el cual el acceso a la información sobre los actos gubernamentales es necesaria pero no suficiente para la lucha contra la corrupción.
La transparencia clara hace referencia al acceso a información confiable sobre el desempeño institucional, con especificaciones sobre las responsabilidades de los funcionarios, así como el destino de los fondos públicos. Sin embargo, la transparencia clara por sí misma no garantiza la rendición de cuentas fuerte. Esta última incluye no solo “answerability” (responsabilidad) sino también la posibilidad de que se apliquen sanciones efectivas, cuando sea necesario (Fox, 2007).
Luego de esta breve explicación es claro que, en la lucha contra la corrupción, es necesario contar con transparencia clara pero también rendición de cuentas fuerte (responsabilidad + sanciones). En términos de Fox (2007), no se debe esperar “answerability” de la transparencia opaca, así como tampoco se debe esperar una rendición de cuentas fuerte de la “answerability”. Es por ello que para poder pasar de la transparencia a la rendición de cuentas fuerte (indispensable para producir cambios en las conductas y, de esa manera, poder luchar contra la corrupción) es necesario tener un sistema regulatorio claro, un poder judicial independiente y una sociedad civil fuerte que demande rendición de cuentas de los actos de gobierno.
En este contexto, muchos de los compromisos incluidos en los Planes de Acción Nacionales (PANs) de AGA se relacionan con la necesidad de contar con mayor información (y datos, por supuesto) acerca del accionar de los gobiernos, es decir mayor transparencia. Pero, si esa mayor transparencia no se asocia a cambios mas profundos no se llegará a reducir la impunidad, que conduce al fracaso a tantas medidas que, en el papel, parecerían contribuir con sociedad menos corruptas. Algunos de esos cambios deben estar relacionados con lograr poderes judiciales (en realidad, sus miembros) verdaderamente independientes así como con mecanismos institucionales que garanticen las sanciones (administrativas y/o judiciales, según corresponda), por nombrar algunos factores.
Por último, es necesario también destacar la necesidad de contar con actores de sociedad civil organizados, involucrados y dispuestos a demandar cuentas a sus gobernantes. En muchos casos, estas organizaciones cuentan con el “expertise” necesario para poder monitorear acciones gubernamentales que para la gran mayoría de los ciudadanos “de a pie” podrían parecer muy técnicas y complejas.
Compromisos en las Américas relacionados con anticorrupción con potencial de producir un impacto (Fuente: OGP Explorer)
En conclusión, no hay fórmulas mágicas. Muchos son los elementos y actores necesarios para implementar medidas que efectivamente permitan disminuir los altos niveles de corrupción en muchos países de la región. La AGA, incluido el recientemente creado Grupo de Trabajo sobre Anticorrupción, provee una plataforma ideal para poder incorporar una gran variedad de actores de diversos ámbitos. De todos modos, la incorporación de estos actores (que en muchos casos ya están trabajando en forma colaborativa) es solo el primer paso. Se debe trabajar en la inclusión de compromisos mas ambiciosos que promuevan cambios reales. Sin esos cambios, solo veremos mejoras parciales y aisladas. Resta que entre todos, cada uno desde su sector y en su país, promovamos y trabajemos para alcanzar cambios efectivos que mejoren la calidad de vida de todos los latinoamericanos.
Referencias:
Fox, J. (2007). The uncertain relationship between transparency and accountability. Development in Practice, 17(4-5), 663-671.