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#MujeresOGP, Gobiernos Abiertos con más mujeres

Yamila GarcíaandVeronica Alvarez|

A finales de octubre del 2015, la Cumbre Global de la Alianza para el Gobierno Abierto (Open Government Partnership) dio lugar al primer encuentro de mujeres que venimos trabajando, desde cada uno de nuestros países, en los diferentes ejes del gobierno abierto para avanzar en el fortalecimiento de la democracia de América Latina.

 

El recuerdo de la primera reunión en el espacio cultural Punto Gozadera de la Ciudad de México marcó un hito. En esa ocasión se congregaron alrededor de 20 mujeres de diversos países, profesiones y perfiles ligados a la transparencia, a la innovación cívica y tecnológica, al hacking cívico y a la apertura de datos, que trabajan arduamente en busca de mayor participación de la sociedad civil, y el objetivo más general de lograr gobiernos transparentes y la rendición de cuentas por parte de nuestros gobernantes. Esta oportunidad sirvió como espacio de debate y de intercambio de ideas y visiones para fortalecer al género femenino en los ámbitos de gobierno abierto.

 

Surgieron muchas perspectivas de mujeres de organizaciones de la sociedad civil, de gobiernos de diferentes países latinoamericanos, académicas, mujeres hackers, periodistas y activistas. El diálogo llevó a la conclusión clave y consensuada: la necesidad de armar un grupo de trabajo e incidencia con mujeres líderes de estos diferentes ámbitos con el fin de sentar bases sólidas para dar presencia a la diversidad de género en la políticas gubernamentales, potenciar el liderazgo de mujeres para la toma de decisión en políticas públicas, garantizar la transversalidad de género en procesos de gobierno abierto, favorecer la inclusión de diversos contextos sociales y dar visibilidad al trabajo que ya están realizando las mujeres en este campo de manera que, a su vez, esto favorezca la participación de más mujeres en iniciativas de gobierno abierto.

 

Avanzar hacia la equidad de género y acortar las brechas de desigualdad es trabajar en pos de un derecho humano básico y, en el contexto actual, forma parte del esfuerzo global de alcanzar la agenda de desarrollo sostenible hacia 2030. Fortalecer y empoderar a las mujeres a través de mayores oportunidades para participar en la construcción de lo público es, en términos más generales y por sus enormes ramificaciones, fortalecer y empoderar a las comunidades y a los Estados en el siglo XXI.

 

Hacia Estados Abiertos

 

Hoy en día los gobiernos están tomando nota de la importancia de lograr mecanismos para avanzar en la construcción y cambio cultural hacia el gobierno abierto. Esto se refleja en el hecho de que, después de cinco años desde su lanzamiento en 2011, hoy la Alianza para el Gobierno Abierto cuenta ya con 70 países. La existencia de este numeroso grupo de países que busca fortalecer los procesos para avanzar hacia gobiernos abiertos, representa un potencial político clave para poner el foco en la equidad de género como condición para lograr democracias con mayor igualdad y derechos.

 

En la actualidad están creciendo los espacios donde se pretende construir iniciativas de gobierno más transparentes, colaborativas y participativas que permitan llevar a cabo cambios en gobiernos donde prima el oscurantismo para impulsar el intercambio de información, experiencias y perspectivas innovadoras, y la implementación de políticas públicas que generen impacto en la sociedad. Sin embargo, es notable cómo estos ámbitos están dominados por el liderazgo masculino y cuentan con una baja visibilidad de mujeres.

 

En muchas ocasiones, se ha argumentado que la escasa presencia de mujeres referentes en gobierno abierto ocurre por falta de aptitudes o por autoselección de las mujeres, quienes, según estas explicaciones, carecerían de interés en estos ámbitos. Sin embargo, esto desestima la enorme relevancia de la discriminación de género y los contextos más generales de desigualdad de las sociedades.

 

Mujeres, desigualdades y política en América Latina

 

 

El ámbito del gobierno abierto no es una isla desconectada de su entorno y se alimenta de los mismos fenómenos que condicionan las esferas políticas, sociales y culturales de los países. En este sentido, la escasa presencia femenina no es una manifestación particular de este ámbito sino una consecuencia lógica de las sociedad en mayor o menor escala.

 

Dos de los factores clave que permiten empoderar a las mujeres para fortalecer su autonomía y, por ende, su capacidad de decisión son la educación y el empleo. En las últimas décadas se ha avanzado mucho en la reducción de la brecha de acceso a la educación, incluso en los niveles superiores, logrando así elevar el suelo del que parten las mujeres. No obstante, esto aún no se ha traducido directamente en las oportunidades laborales: no hemos logrado aún romper el techo de cristal y lograr liderazgos que sean un efecto dominó hacia otras mentes.

 

En relación, América Latina no es la excepción. En la región, las mujeres han avanzado en el acceso al mercado laboral y a ámbitos como los poderes legislativos – en buena parte gracias a la introducción de cuotas – y la academia. Sin embargo, siguen siendo una proporción muy baja entre dirigentes sindicales y de partidos, en las direcciones ejecutivas de las empresas y, por citar un ejemplo paradigmático, en el máximo cargo de representación política: sólo seis mujeres han sido electas presidentas en los últimos 50 años. El puesto de decisión máximo de la política latinoamericana ha estado históricamente dominado por hombres y esto se reproduce en los ministerios, en los poderes ejecutivos subnacionales y permea a la enorme mayoría de estructuras institucionales de los países. Las mujeres llegan. Pero hasta cierto punto. Y cuando llegan, por lo general, son sometidas a un escrutinio mucho mayor que sus pares masculinos.

 

Estos fenómenos se reproducen en el ámbito del gobierno abierto y sus ejes como datos abiertos o innovación cívica que están ligadas directamente a la tecnología: son muchas las mujeres que trabajan constantemente pero no tantas las que llegan a ocupar los puestos de tomas de decisión, es decir, los de mayor visibilidad. Y esto, a veces, se solapa con otras desigualdades y discriminaciones – socioeconómicas.

 

Debemos considerar una prioridad construir una agenda de gobierno abierto inclusiva y trasnveesal para que todas estas voces sean parte de la elaboración e implementación de políticas públicas innovadoras y efectivas de transparencia, colaboración y participación. Promover gobiernos abiertos para la construcción de democracias, que no busque fomentar la igualdad entre género y etnias, no logrará escalar en su totalidad.

 

Mujeres OGP

 

Meses después de la reunión en aquel bar cultural de la Ciudad de México, se logró el segundo encuentro de mujeres en el marco de la Cumbre Regional de la Alianza para el Gobierno Abierto en Montevideo, Uruguay, el pasado mes de junio. Se avanzó en un plan de consolidación de una alianza entre mujeres líderes de organizaciones de la sociedad civil, academia, gobierno, organismos de cooperación internacional y empresas ligadas al impacto social, para impulsar la participación de las mujeres.

 

La iniciativa #MujeresOGP pretende ser un canal de difusión e incidencia para la visibilidad de mujeres en gobierno abierto y también un impulsor de conocimiento para lograr mayor influencia sobre las y los responsables con decisión política en relación a la necesidad de avanzar en la la transparencia y rendición de cuentas, la construcción de confianza y la creación de canales de participación y mecanismos de colaboración hacia Estados abiertos.

 

La segunda acción en escala de la alianza es la búsqueda de identificar más mujeres e incentivarlas a sumarse al movimiento desde los diferentes países. Para ello, en los próximos meses lanzaremos una plataforma con canales de diálogo e identificación de acciones para fortalecer vínculos y acciones con el objetivo de promover la igualdad entre géneros. Para esto hemos avanzado, desde hace un mes, en la creación de un directorio de mujeres que ya cuenta con 130 participantes y cada día se suman más. El objetivo final es construir una comunidad de mujeres que permita canalizar demandas específicas para generar políticas públicas que avancen en la equidad.

 

Invitamos a todas aquellas mujeres que se desempeñen en los diferentes ejes de gobierno abierto a ser parte del proyecto de Mujeres en Gobierno Abierto por medio de #MujeresOGP y completando el formulario de solicitud.

 

Queremos reunir a las mujeres de toda la región, tanto de países que están en la Alianza como de aquellos que aún no forman parte, en un espacio de aprendizaje e incidencia compartido.

 

 

 

Filed Under: OGP News
Open Government Partnership