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Tener el valor de hacer preguntas difíciles

Joseph Foti|

Este artículo es una adaptación de una presentación que se llevará a cabo en los días académicos en la Cumbre Global de OGP en París del 7 al 9 de diciembre.

En medio de falsas noticias, referéndums y la llamada “política de la posverdad”, la comunidad de la Alianza para el Gobierno Abierto (OGP por sus siglas en inglés), en especial aquellos que se consideran a sí mismos generadores de conocimiento, deben reafirmar y, en caso de ser necesario, perfeccionar su misión. Nuestro objetivo es asegurar que existan gobiernos más efectivos y responsables y una ciudadanía más participativa, ya sea a través de la apertura como un fin o como un medio para otros fines. A pesar de (y tal vez debido a) los cambios que están ocurriendo en el mundo, nuestro trabajo cobra más importancia que nunca.

La gobernanza no mejorará solamente como resultado de programas de asistencia técnica o de hackatones bien organizados, sino que deberá partir de la política. Para lograr una verdadera comprensión de la política será necesario no sólo entender nuestro capital como comunidad, sino también conocer el contexto que la rodea. La visión de una sociedad más abierta e incluyente tiene opositores y es importante que conozcamos las razones de dicha oposición.

En los últimos meses y años, hemos visto un creciente discurso y este discurso surge de razones similares a las que muchos de nosotros tenemos para trabajar en el gobierno abierto. Todo empieza con la frustración de corrupción en las altas esferas y la confianza debilitada en las instituciones del mundo occidental. En muchos países en vías de desarrollo, éste no es un nuevo concepto. “No necesitamos a la transparencia o a los datos abiertos para saber que nos están robando”, sería la opinión de muchos.

Pero para esta frustración, hay dos series de soluciones. Una de ellas se inclina hacia el mayoritarismo y un nacionalismo estrecho hacia las sociedades cerradas, el rechazo a las instituciones viejas y, en el peor de los casos, el autoritarismo.

El otro conjunto de soluciones, del que forma parte la Alianza para el Gobierno Abierto, pretende ser una fuerza compensatoria. Nuestra visión (y espero que también sea la suya) es un mundo en el que:

  • Los niveles locales, nacionales y globales se fortalecen entre sí. El modelo se basa en los aspectos positivos de la globalización y trabaja para encontrar las soluciones que ésta no ha logrado encontrar. Promovemos una comunidad de personas que no tienen miedo a experimentar, discutir, fallar, levantarse e intentar nuevas formas.
  • En nuestro mundo, hay una creciente diversidad de gente, intereses e ideas. Imaginamos un mercado de ideas con toma de decisiones, diálogo y colaboración entre los ciudadanos y entre los ciudadanos y su gobierno.
  • Creemos, en el largo plazo, en el entender de qué forma la política afecta nuestras vidas y en la receptividad de los gobiernos a las aportaciones del público, la confianza mutua acompañada de la supervisión del público.

Esta visión está basada, en parte, en evidencia e investigación empírica, aunque también en temas de fe y principios. Todas las agendas políticas son una combinación de lo posible y lo aspiracional. Nosotros, que creemos en el proceso de toma de decisiones basado en datos y en evidencia rigurosa, tenemos la obligación de ser infatigables en el estudio de la sociedad en la que vivimos y de la sociedad a la que aspiramos.

Debemos fortalecer esta última área. Muchos de mis colegas han solicitado más estudios rigurosos del impacto de OGP, incluyendo pruebas de control aleatorias. Aunque estos estudios pueden estar justificados y ser útiles, presentan el riesgo de no ver el contexto y caer en el discurso del desarrollo internacional y el gerencialismo.

Lo que necesitamos es una teoría de cambio más clara, no para la Alianza para el Gobierno Abierto, sino para el gobierno abierto en general: qué esperamos cosechar de los gobiernos abiertos, desde el derecho de asociación y expresión hasta las sociedades más plurales y deliberativas.

La comunidad de investigadores del gobierno abierto está produciendo una gran cantidad de conocimiento. Igual de importante es la información sobre la teoría de cómo el gobierno abierto funciona a nivel práctico de políticas públicas. En cierta medida, por lo menos en los últimos años, hemos perdido esta “narrativa”. No necesariamente es nuestro trabajo desarrollar dicha narrativa, pero no creo que, en este momento, nos haga daño huir de la teoría y de afirmaciones basadas en pruebas.

Nuestros esfuerzos colectivos de investigación deben enfocarse en las grandes preguntas para la visión de gobierno abierto, es decir aquellos temas que quizá hemos dado por sentados desde hace algunos años y que ahora necesitan ser cuestionados, articulados y promovidos.

OGP es un mundo en donde la diversidad de intereses puede caer en una competencia de ideas en el espacio público, en donde los gobiernos dan razones para sus decisiones y en donde los servidores públicos rinden cuentas.

Primero, algunas solicitudes.

Necesitamos una imagen más matizada de la sociedad civil, es decir, construir una narrativa y una definición más amplia de sociedad civil, desde templos hasta cámaras de comercio, desde sindicatos hasta activistas, desde un colectivo de seguros comunitarios hasta laboratorios de ideas. Es necesario que comprendamos las interacciones que hay entre la sociedad civil y el gobierno, pero bajo una definición más amplia que la que tenemos ahora. En mi país tenemos casi un millón de organizaciones constituidas legalmente, sin incluir iglesias, organizaciones de cabildeo y los millones de asociaciones que no tienen ingresos, ganancias o empleados.

Segundo, debemos comprender cómo es que la sociedad civil tan compleja interactúa con los procesos nacionales como OGP. Seamos realistas. La cooperativa de campesinos que está a miles de kilómetros de la capital no participará en el proceso de OGP de forma significativa si no existen los intermediarios adecuados. ¿Cuándo y en qué medida un grupo como éste puede participar en una iniciativa como OGP? ¿Qué es realista y qué podemos esperar desde el punto de vista operativo? Finalmente, debemos ser capaces de responder a los críticos del gobierno abierto, del pluralismo y de la libre asociación con respuestas creíbles. Algunas de las críticas del movimiento son:

  • ¿Qué papel tienen las organizaciones de la sociedad civil profesionales y cuáles son las debilidades de las instituciones de las repúblicas: falta de control y supervisión por parte  del parlamento o del poder judicial, descentralización inefectiva?
  • ¿En qué momento la eficacia y credibilidad de los reformadores es debilitada por el financiamiento internacional?
  • ¿En qué medida las asociaciones tienen la obligación de representar al público? ¿Qué parte del público? ¿La profesionalización de una parte de la sociedad civil (la parte con la que frecuentemente trabajamos) sacrifica su capacidad de representar la visión de otros?
  • ¿El pluralismo lleva al éxito de las voces que tienen más poder?
  • ¿El gobierno abierto introduce puntos de veto y entorpece a los proceso de gobierno?
  • ¿Qué papel tiene el gobierno abierto y la actividad imparcial en la ausencia de un estado estable o en el caso de un estado fallido?
  • ¿Qué interacción hay entre los intereses organizados que están utilizando al gobierno abierto y una burocracia imparcial y profesional? ¿Y cuando no hay burocracia?

Tenemos un acuerdo tácito para muchas de estas preguntas, pero no hemos tomado el tiempo de hablar acerca de estos puntos débiles y llegar a un mensaje común con posibles respuestas. Con respecto a otras preguntas, realmente no conocemos la respuesta. Para otras más, tenemos algunas sospechas pero, como comunidad, tenemos miedo de las implicaciones de ahondar en ellas.

Esta última categoría requiere de nuestra valentía colectiva. Nuestra comunidad no se va a fortalecer consolándose con mantras como “abierto es mejor” y “mejor es abierto. Por el contrario, la comunidad se fortalecerá ventilando sus debilidades, reflexionando y trabajando en conjunto y de forma descentralizada para alcanzar un modelo nuevo mejorado.

Como mencioné al principio, hay un elemento fundamental de fe que incorporo al movimiento y a mi trabajo, pero por otro lado tenemos la obligación de reunir tanta evidencia como sea posible. En ese sentido, te necesitamos para identificar la visión para la sociedad que esperamos tener, a través de la comprensión de la sociedad en la que vivimos.

 

Filed Under: Research
Open Government Partnership