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¿Qué implicaciones tiene Brexit para Irlanda del Norte?

David McBurney|

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El jueves 23 de junio de este año se llevó a cabo un referéndum para decidir si el Reino Unido debería permanecer o salir de la Unión Europea (UE). Más de 30 millones de personas votaron y la campaña que proponía salir ganó por un margen relativamente bajo con 52% a 48%.

“Brexit”, combinación de las palabras Britain (Gran Bretaña) y exit (salida), es ahora el término utilizado para la salida del Reino Unido de la UE. Pero aún no hay claridad sobre lo que Brexit implicará en la práctica cuando ocurra, si es que ocurre. Incluso sus mayores promotores no han llegado a un acuerdo sobre los detalles y no han definido una visión para el Reino Unido fuera de la UE.

¿Qué implicaciones tiene Brexit para Irlanda del Norte? Nuevamente: realmente nadie lo sabe, menos aún los políticos de aquí. Según el Ministro de Finanzas de Irlanda del Norte, Máirtín Ó Muilleoir, nuestros representantes locales han sido excluidos del proceso de planeación que actualmente está ocurriendo en Londres. Y, como nadie esperaba este resultado del referéndum, no hay un plan de contingencia para Brexit: no tenemos un plan B.

En Irlanda del Norte el 56% de la gente votó por permanecer en la UE. De los partidos políticos principales, Sinn Fein, UUP, Alliance, SDLP y DUP, solamente el último hizo campaña por la salida.

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Con los resultados del referéndum, los políticos han empezado a competir al tiempo que evalúan lo que la separación implicará para la economía de Irlanda del Norte, para la frontera que separa el norte y el sur de la isla y para las relaciones entre Londres, Belfast, Dublín y Bruselas.

Martin McGuinness, Viceprimer Ministro de Irlanda del Norte y líder de Sinn Fein en el Norte, teme que el regreso a los puestos de control fronterizo podría “representar un debilitamiento del Acuerdo del Viernes Santo”. Se refirió a Brexit como “un desastre para Irlanda”.

Por su parte, Arlene Foster, Primer Ministro y Líder de DUP insiste que los problemas de comercio y fronteras serán resueltos, que el Reino Unido prosperará fuera de la UE, que las demandas del nacionalismo escocés disminuirán y que todo estará bien.

Sin embargo, en una carta al Primer Ministro Británico, Teresa May, el Primer Ministro y Viceprimer Ministro se unieron en la perspectiva que economía de Irlanda, aislada geográficamente, depende altamente del acceso a los mercados al trabajo de UE e insistieron que Brexit no debe “representar un impedimento para el movimiento de personas, bienes y servicios”.

Además, los dos líderes resaltaron que los fondos de la UE han sido importantes para la economía y para el proceso de paz y mencionaron que el sector agrícola es “especialmente vulnerable a la pérdida de fondos de EU y a posibles barreras arancelarias y no arancelarias al comercio”.

Irlanda del Norte es especial porque es la única parte del Reino Unido que comparte una frontera terrestre con un miembro de la UE y nuestra economía, política y cultura están estrechamente vinculadas con las de la República de Irlanda.

Casi 200 carreteras formales cruzan la frontera, así como muchos más caminos y senderos. Actualmente no se necesita pasaporte para viajar entre los dos países y hay pocos puntos de control. Sin embargo, como la frontera de 310 millas (499km) será la única frontera terrestre del Reino Unido con la UE, es probable que tengan que imponerse controles migratorios y de aduana para evitar que los ciudadanos de la UE ingresen al Reino Unido por la puerta trasera. Esto podría reducir la cohesión social entre el Norte y la República, limitar el comercio y violar el Acuerdo del Viernes Santo.

En las futuras negociaciones con la UE, el gobierno británico deberá evaluar la prioridad de preservar la unión en contra de los derechos de Brexit y tomar en cuenta el impacto potencial en la relación entre la Gran Bretaña e Irlanda. La economía de Irlanda es altamente dependiente del Reino Unido y el comercio entre ambos países tiene un valor de más de mil millones de euros por semana.

Por supuesto, hay quienes se resisten a aceptar que los resultados del referéndum sean el final de la discusión sobre Brexit. Se habla de vetar, casos judiciales y de un segundo referéndum. Algunos insisten que la decisión de salir de la UE debe ser ratificada por los cuatro parlamentos. Otros han amenazado con llevar el asunto a las cortes, argumentando que separar a Irlanda del Norte de la UE violaría la equidad legislativa que sostiene la paz en el Norte de Irlanda. Otros más insisten que debe haber un segundo referéndum una vez que la gente realmente sepa lo que Brexit implica y puedan tomar una decisión mejor informada.

Así que, no sólo desconocemos lo que Brexit implicará; ni siquiera estamos seguros de que el Reino Unido efectivamente saldrá de la UE o si Escocia e Irlanda del Norte saldrán como Inglaterra y Gales.

¿Qué significa esta incertidumbre para el movimiento de gobierno abierto en Irlanda del Norte y en el resto del Reino Unido? ¿Qué reveló el referéndum sobre el estado de la democracia?

La Red de Gobierno Abierto de Irlanda del Norte (Open Government Network) ha trabajado con funcionarios de gobierno para diseñar compromisos sobre diversos temas, incluyendo los datos abiertos, acceso a la información, lucha contra la corrupción, tecnología e innovación, rendición de cuentas y participación ciudadana. La intención era que el poder ejecutivo respaldara dichos compromisos para su incorporación en el plan de acción del Reino Unido. Pero ahora, debido a la distracción de las elecciones y el referéndum, Brexit es de lo único que se habla.

Los retrasos en la aprobación de los compromisos por parte del gobierno han ocasionado frustración. Por ello, propusimos un taller para la Cumbre Global de París: “Reglas del Juego”. Si es aceptado, el taller analizará diversos ejemplos internacionales de colaboración, explorar métodos efectivos de diseño y decisión colaborativa y establecer reglas para la participación entre los ciudadanos y el gobierno.

Desde una perspectiva más amplia, el voto para salir de la UE fue una sorpresa. Al ser una crisis y desastre para muchos, Brexit ha cambiado el paisaje político. Algunas víctimas del voto a favor de la salida incluyen no sólo a los impulsores de Brexit Johnson, Gove y Farage, sino también el programa de austeridad dogmático de George Osborne. Hay esperanzas de que, libres de la UE, la gente del Reino Unido “retomará control” de su soberanía y de su destino. Pero se necesitaría una suspensión de la desconfianza para tener fe en el futuro.

Antes de la campaña, la gente era ignorada por los principales partidos. Durante la campaña, fueron condescendientes con ellos, los intentaron convencer y los amenazaron. Ambas partes recurrieron a un discurso de miedo. Quienes pedían permanecerá argumentaron temas como una recesión, impuestos, pensiones y desempleo. Los promotores de la salida recurrieron a hablar sobre la inmigración, costo de la vivienda y el terrorismo. Al final, el referéndum se ganó a través de convencer a la clase trabajadora inglesa que estaban votando para detener la inmigración y apoyar el Servicio Nacional de Salud al detener el financiamiento de hordas de burócratas en Bruselas.

Más que transparencia, rendición de cuentas y participación ciudadana, lo que obtuvimos fueron lemas, propaganda y discursos sin sentido sobre el fin del mundo. La verdad se perdió en un mar de irrelevancia.

La ciudadanía pasó muy brevemente de ser espectador a un participante activo (por el tiempo que duró marcar su voto en las casillas). Esta ciudadanía ahora esta mucho más dividida y escéptica y ahora está esperando ver qué va a pasar en el futuro.

Open Government Partnership