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Rostros del gobierno abierto: Danny Sriskandarajah

Dhananjayan Sriskandarajah|

 

 

Como secretario general de CIVICUS, alianza global de organizaciones de la sociedad civil, ¿Qué te atrajo a este trabajo? ¿Cómo llegaste hasta aquí?

Desde que era muy joven, he estado involucrado con la sociedad civil, desde organizar eventos de recaudación de fondos comunitarios hasta trabajar directamente en ONG. Lo que más me interesó de CIVICUS fue su alcance global. Somos una alianza con miembros grandes y pequeños en 180 países. Una de nuestras actividades más gratificantes es apoyar y vincular a los activistas y organizaciones de todo el mundo que trabajan en promover un mundo más justo, incluyente y sostenible. Frente a los grandes retos globales como el debilitamiento de la democracia y el alza del populismo, hoy más que nunca necesitamos una sociedad civil independiente y robusta.

Participaste en la nueva publicación de OGP: “La lucha por recuperar la confianza”. ¿Por qué te interesaste en ella? ¿Por qué crees que la confianza en el gobierno es tan importante?

Los bajos niveles de confianza en las instituciones son una espada de doble filo. En algunos casos la frustración con el statu quo podría llevar a innovar y crear soluciones más descentralizadas y directas. Gracias al internet, constantemente se generan nuevas formas de desintermediación. Desafortunadamente, hemos visto muchas fuerzas populistas y reaccionarias que cuestionan la legitimidad de las instituciones, pero muy pocos ejemplos de creación de nuevas instituciones o mecanismos para canalizar la voz de los ciudadanos. Me pareció que esta publicación era una oportunidad para identificar formas para reconstruir la confianza y luchar contra estas tendencias destructivas.

El informe de CIVICUS sobre el estado de la sociedad civil describe la tendencia hacia el autoritarismo y el cierre del espacio cívico. ¿Qué es lo que más te preocupa de estas tendencias? ¿Qué está haciendo CIVICUS para luchar contra estos asuntos?

Creemos que estamos viviendo una emergencia global sobre el espacio cívico. Las libertades básicas están amenazadas en muchos países del mundo y hay una satanización de la sociedad civil. Este año enfocamos nuestro informe sobre la sociedad civil en la relación entre las empresas y la sociedad civil. Sin duda, estamos viendo una mayor influencia de las empresas. Según la organización Global Justice Now, tomando en cuenta sus ingresos, 69 de las 100 entidades económicas más grandes del mundo son empresas y no gobiernos. Es preocupante ver que muchas veces las empresas ignoran los derechos humanos de los activistas, incluyendo los de muchos defensores ambientales indígenas.  Nuestro informe hace un llamado a las empresas a colaborar con la sociedad para mantener un estado de derecho, respetar los derechos humanos y los derechos de libertad, asociación, asamblea y expresión.

La mayoría de las personas no saben definir el término sociedad civil. ¿Qué es la sociedad civil y por qué es importante empoderar a individuos y a grupos con ella?

La definición que utilizamos en CIVICUS es el ámbito, más allá de la familia, el estado y el mercado, que es creado por acciones individuales y colectivas, organizaciones e instituciones para impulsar objetivos comunes. Creemos que la sociedad civil abarca a las organizaciones de la sociedad civil y más allá, por ejemplo, los activistas que trabajan independientemente, asociados con algún movimiento o formalmente a través de organizaciones registradas.

En “La revolución de la participación” expusiste que solo el 3% de la población vive en un lugar en donde las libertades cívicas se respetan completamente. ¿Qué puede hacer el otro 97% para lograr que se respeten sus libertades?

En el 2017, es difícil ser optimista. Los principios democráticos se están destruyendo, incluso en democracias que alguna vez se consideraron como establecidas. En mi ensayo menciono que existen algunas excepciones, incluyendo El Salvador y Estonia. Pero en las últimas semanas hemos visto nuevos ataques a las libertades cívicas, incluyendo la eliminación del referendo por la independencia de Cataluña en España y la decisión de Iraq de bloquear el voto por la independencia de los kurdos. En ambos casos existía una presión económica, por lo que un punto de partida, como lo explica Oxfam, es abordar la desigualdad económica. Además, hemos visto nuevos retos tecnológicos a la democracia, incluyendo las acusaciones de alteraciones de las elecciones en Kenia. Afortunadamente, la Suprema Corte de Kenia intervino, demostrando la importancia de la confianza en las instituciones.

OGP es una alianza de 75 gobiernos nacionales y miles de organizaciones de la sociedad civil. ¿Qué lecciones has aprendido después de observar los procesos de OGP en todo el mundo?

Valoramos mucho nuestra alianza con OGP por dos razones: es reconfortante saber que el papel de la sociedad civil se reconoce como un pilar para la apertura y aun más que la sociedad civil esté tan involucrada con el liderazgo de OGP. Por otro lado, nos decepciona que relativamente pocos actores de la sociedad civil conocen y participan con OGP. Si queremos que OGP sea exitosa, necesitaremos que actores más diversos y más locales reconozcan su valor como un espacio de diálogo y como una serie de principios para asegurar que los gobiernos rindan cuentas.

En tu ensayo, escribiste que algunas organizaciones como OGP y CIVICUS han estado a la vanguardia de la “revolución de la apertura”. ¿Quién debe unirse a esta revolución para hacerla realmente transformacional?

 

¡Todos! En los últimos meses ha habido énfasis en el papel que los gigantes de la tecnología como Google o Facebook juegan en nuestra democracia. La realidad es que la relación entre la gente y sus gobiernos está cambiando y no necesariamente para bien. Necesitamos que los actores corporativos también se comprometan con la apertura. Además, claro que la revolución de la apertura no sería posible sin los medios. Debemos pensar cómo podemos proteger la independencia y diversidad de los medios para que pueda seguir cumpliendo con su papel de guardián. Finalmente, es importante involucrar a toda la sociedad civil, más allá de las grandes organizaciones internacionales de los países desarrollados.  

 

Dhananjayan Sriskandarajah es secretario general de CIVICUS, la Alianza Mundial para la Participación Ciudadana. @civicussg

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