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Argentina sigue abriendo sus puertas al mundo

Rudi Borrmann|

Ser anfitriones lo dijo todo: Argentina sigue demostrando que trabaja a nivel federal en su agenda de gobierno abierto, y que es un asunto prioritario. Tanto que, durante una semana -la Semana de Gobierno Abierto-, desde expertos nacionales en el asunto hasta cualquier persona interesada en expandir sus conocimientos y hacer aportes compartieron experiencias, escucharon charlas y participaron de talleres con representantes de gobierno y sociedad civil de la región y el mundo.

 

Es que nos interesa aprender, colaborar y avanzar. Como afirmó el presidente Mauricio Macri al comienzo del encuentro, queremos “un Estado que rinda cuentas, al servicio de la gente”; queremos seguir por este camino de apertura de datos, transparencia, anticorrupción, rendición de cuentas y participación porque, sin esos pilares, la democracia pierde fuerza y también la relación entre gobierno y sociedad. Se pierde la confianza. Se pierden los cimientos de una nación fuerte, y los derechos de los ciudadanos. Se pierde lo ganado.

 

 

Si algo quedó claro es que no tenemos miedo de hablar y pisar esas zonas pantanosas a las que muchos no quieren acercarse. Los temas que se trataron durante el encuentro fueron innovadores, controversiales y profundos: la disponibilidad del agua y su gestión sostenible, poblaciones vulnerables, educación abierta, equidad de género, corrupción y otros ejes setearon los compromisos a futuro que cada país intentará alcanzar.

 

 

Las organizaciones de sociedad civil colaboraron con el encuentro y movilizaron los debates que allí se sucedieron, haciendo énfasis en temas tales como: anticorrupción y rendición de cuentas, a modo de respuesta a las demandas históricas que ejercen en esa materia; y tecnologías cívicas y datos abiertos, fomentando espacios en donde capitalizar el uso de estas herramientas para sus proyectos y campañas.

 

 

¿El resultado? Más de 1500 participantes de 50 países llenaron cada rincón del Centro Cultural Kirchner, en un circuito compuesto por 47 paneles y 50 charlas pasillo a lo largo y ancho del edificio. De pronto los seis continentes se convirtieron en uno, con ideales condensados en 600 propuestas cuyo potencial excedió todo límite. No hubo jerarquías ni competencia: el diálogo fue horizontal, entre pares, sobre asuntos que sin pudor se pusieron sobre la mesa y para los cuales se intentó encontrar respuestas o potenciales salidas.

 

 

Pero progresar solos es difícil. Cuatro manos hacen más que dos, y seis más que cuatro; así sucesivamente. Suena básico y un tanto cliché, pero es tan sencillo como cierto. Cuanta mayor colaboración, más manos para enmendar, apoyar y construir una región aliada, que apunta hacia el mismo norte, forma proyectos conjuntos, dialoga y crece a la par. El desafío, ahora, es dar continuidad a todos los objetivos. Y no bajar los brazos.

 

 

Reunir a tan inmensa comunidad fue todo un desafío que dejó aprendizajes y retos; pero, sobre todo, una visión más global de un mundo global. Y esa es la mejor parte: podemos festejar lo alcanzado, pero también tenemos la capacidad de aceptar cuáles son las fallas y definir lo que queda por hacer. Las políticas de gobierno abierto recién comienzan, y no son una moda pasajera. Después de todo, esto es sólo una muestra de lo que tenemos, supimos construir y nos proponemos lograr quienes impulsamos gobierno abierto. Y la buena noticia es que cada vez somos más.

 

Open Government Partnership