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Para resolver un problema, primero debemos conocerlo: El Índice de Democracia Local como una guía para las reformas

Micah Cruz|

La democracia de Brasil es una de las más fragmentadas del mundo. En las noticias de todo el mundo vemos el caos que existe en los partidos políticos del país, pues dos de los partidos políticos más importantes están bajo investigación por corrupción y un presidente fue sometido a juicio. La visión del Instituto Atuação es transformar al país hacia una democracia plena. Sin embargo, el gobierno es prácticamente impenetrable y se ha mostrado muy resistente al cambio. ¿Cómo podría una pequeña organización reformar a una institución tan grande como el gobierno federal?

La verdad es que no puede hacerlo. A fin de cuentas, hasta David sabía cuáles eran sus limitaciones: era demasiado pequeño para derrotar a Goliat en su propio juego. Sin embargo, David ganó de cualquier manera porque sabía que no tenía que luchar con el gigante, sino que tenía que abordar el problema de otra forma. Asimismo, nos dimos cuenta que el gobierno federal es un gigante pero que está formado de muchos elementos. En nuestro propio hogar en Curitiba, la cual había sido llamada una ciudad modelo, observamos que el mayor potencial de cambio se encontraba a nivel local. Si la democracia tiene su base en la gente, las reformas deberían empezar con ellos y tomando en cuenta sus aportaciones. La sociedad civil debe ser el elemento central de la democracia.

Ya con un camino claro en mente, nos propusimos comprender a fondo los problemas que enfrenta Curitiba. Así surgió nuestro segundo problema, porque notamos que la democracia casi no se había evaluado. En 2015 decidimos trabajar con la Unidad de Inteligencia Económica en el desarrollo de un Índice de Democracia Local, utilizando el mismo sistema con el que se evaluaban a los países. A través de entrevistas con expertos, identificamos que la participación ciudadana era muy baja, de solamente 50%. En 2016, decidimos reevaluar a la ciudad, en esta ocasión a través de una encuesta aplicada a 900 ciudadanos de Curitiba y a través de un estudio de la cultura política y cívica.

La encuesta nos mostró que existía mucha desconfianza. El gobierno fue calificado con un 33.5% de confianza, pero el resultado más alarmante fue que la confianza interpersonal era de solamente 30%, denotando una falta de seguridad y fe en la comunidad y en las personas. Además, los curitibanos no sabían cómo podían participar en las actividades de gobierno y en la toma de decisiones, a pesar de que las consultas públicas y los consejos municipales están claramente a su disposición. Parecía que los ciudadanos no sabían que tenían la capacidad de cambiar al gobierno y además no sabían cómo hacerlo. Al darnos cuenta que esto era lo que estaba impidiendo la participación ciudadana, decidimos iniciar un proyecto para (re)construir los vínculos sociales y desarrollar en las personas la idea que tienen la capacidad de cambiar su gobierno.

Tras identificar los problemas de raíz de Curitiba utilizando el Índice de Democracia Local, desarrollamos una estrategia colaborativa multisectorial para el desarrollo de la democracia en el país. El proceso inició en Curitiba, pero creemos que este índice también puede ayudar a detonar programas de reformas en otras ciudades. Esta herramienta representa un sistema universal para la evaluación de las ciudades de Brasil, pero los resultados serán diferentes en cada una, por lo que el desarrollo de soluciones debe ocurrir a nivel local. Creemos que el Índice de Democracia Local es una herramienta muy útil para las ciudades, las organizaciones de la sociedad civil y los gobiernos locales, pues ayuda a comprender cómo debe funcionar la democracia y en dónde se deben aplicar mejoras. Además, ayuda a las organizaciones comunitarias a tomar acciones en temas clave y a los gobiernos a identificar las acciones necesarias para construir una mejor relación con sus ciudadanos.  

Desafortunadamente, muchas veces las iniciativas de participación ocurren de manera aislada, como si fueran la panacea de las reformas. Si no se vinculan de forma correcta, estas iniciativas podrían servir únicamente para ayudar a los gobiernos a parecer más abiertos, mientras que los ciudadanos permanecen en la periferia. El Índice de Democracia Local puede representar una guía para que la participación ciudadana sea un elemento estratégico y central del gobierno y ofrece la orientación que tanto necesitan las comunidades fragmentadas.

 

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