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Rostros del gobierno abierto – Emily O’Reilly, Mediadora Europeo

Emily O’Reilly|

 

¿Qué te hizo trabajar en los temas de transparencia y rendición de cuentas? Cuéntanos tu historia y cómo te hiciste Mediadora Europeo

De cierta manera, siempre he trabajado en temas de transparencia y rendición de cuentas. Primero como periodista, después como mediadora nacional y ahora en la Unión Europea. Las preguntas que haces en estos trabajos son las mismas: por qué se tomó una decisión, quién participó, quién se beneficia de ella. Y si lo piensas, el mediador se encuentra en el mismo espacio que los periodistas. Ambos exigen a la administración rendir cuentas frente a sus ciudadanos.

Los casos que atiendo en Europa son diferentes a los temas cotidianos que atendía como mediadora nacional, por ejemplo asuntos de educación, salud o beneficencia social. Los temas que ahora atiendo están más relacionados con la rendición de cuentas, transparencia en el cabildeo o el acceso a documentos. Estos temas también se relacionan con el gobierno y en qué medida sus acciones están dirigidas al beneficio de los ciudadanos.

Es importante que los ciudadanos sepan que alguien está trabajando en su representación. Como parte de la estrategia de elevar el perfil y el impacto de esta oficina, atiendo temas en las instituciones haciendo preguntas por mi propia cuenta. Así, hemos logrado avances en muchos temas, por ejemplo el acceso público a los documentos de negociación.

Como Mediadora Europeo, trabajas con muchas instituciones de la UE. ¿Cuál es tu argumento sobre el gobierno abierto? ¿Cómo logras que la gente se interese en el movimiento?

La percepción de los ciudadanos es que la UE es remota para ellos porque, naturalmente, están más familiarizados con sus gobiernos locales o nacionales. Esto significa que la UE tiene que trabajar aun más que los gobiernos nacionales para ganarse la confianza de la gente. Una forma de hacer que la UE sea más “conocible” es lograr que sus instituciones sean lo más transparentes, éticas y accesibles. De esta manera, no solo se beneficiarán los ciudadanos, sino también las instituciones de la UE. Mi mensaje es: las instituciones opacas pueden dañar a la UE. Por ejemplo, es muy difícil encontrar información sobre las negociaciones de leyes discutidas en el Consejo de Ministros (colegislador junto con el Parlamento Europeo). Esto significa que los ministros nacionales pueden culpar a “Bruselas” por leyes que en realidad ellos diseñaron, potencialmente generando escepticismo sobre la unión.

Además, comento que la confianza pública se gana siendo transparente proactivamente. Por el contrario, la percepción de administraciones obstruccionistas es muy difícil de revertir.

¿Cuál crees que sea el problema más urgente para los gobiernos y la sociedad civil de Europa?

Prefiero no elegir un solo tema. Hay muchos asuntos, como la crisis de refugiados, la búsqueda de una sociedad incluyente para todos los ciudadanos de la UE y el estado de Derecho en todos los Estados miembros de la UE. Como mediadora, mi trabajo es asegurar que las decisiones de política en estos y otros temas sean transparentes y que las autoridades rindan cuentas.

El espacio cívico está amenazado, aun en los países más desarrollados y democráticos. ¿Qué está haciendo la UE para atender este problema?

Este es un tema muy preocupante. Cuando el estado de derecho está amenazado, como lo está en algunos Estados miembros, apreciamos la importancia de la libertad de expresión y el derecho de reunión, entre otros. Creo que la Comisión Europea está consciente de la importancia que tiene defender estos derechos pero, para lograr la máxima efectividad, es necesaria la cooperación de los gobiernos nacionales. Es importante que las instituciones de la UE mantengan un nivel elevado de estándares éticos para tener un peso político en este debate.

Como mujer en el periodismo y en el gobierno, ¿Qué retos has enfrentado? ¿Crees que la transparencia y la rendición de cuentas pueden ayudar a la lucha contra la equidad de género?

Creo que las mujeres enfrentan barreras conscientes e inconscientes en sus trabajos. Mientras que el poder y la inteligencia de los hombres se toma como un hecho, las mujeres muchas veces tienen que trabajar más para convencer a la gente que tienen ambas facultades. Algunas personas tienen que superar el hecho de que una persona es mujer para poder ver sus cualidades. Yo he tenido una carrera profesional muy gratificante pero, como todas las mujeres, he vivido momentos aislados de sexismo, especialmente cuando los hombres intentan dominar ciertas discusiones o cuando se sienten incómodos en la presencia de una mujer líder de una organización.

La campaña #MeToo ha sido un parteaguas en la sensibilización sobre la desigualdad entre los hombres y las mujeres. Cuando los problemas no son visibles, no se pueden resolver. Recientemente, he notado que ha habido una mayor conciencia sobre temas como el equilibrio entre mujeres y hombres en eventos públicos y una mayor disponibilidad de las mujeres (y de los hombres) de cuestionar la normalización de la falta de representación de las mujeres en muchas áreas de la vida profesional y cívica.

 

 

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