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Una reunión de países de altos ingresos para analizar la falta de confianza en el gobierno

andMunyema Hasan|

Hace algunas semanas, OGP inició una campaña a favor de la reconstrucción de la confianza en el gobierno que inició con un evento en la Asamblea General de las Naciones Unidas donde lanzamos el documento: La Lucha por Recobrar la Confianza y en la que líderes de gobierno y la sociedad civil formularon su visión de reconstrucción de la confianza. Hemos identificado que los bajos niveles de confianza son especialmente altos en los países de ingresos altos. Además, un estudio publicado recientemente por Edelman Barometer, la OCDE y Omidyar Network destacó que el sentimiento de desconfianza en las instituciones es más pronunciado en las culturas occidentales.

Durante la Cumbre Global de OGP de París del año pasado me reuní con el ex ministro del Interior de los Países Bajos, Ronald Plasterk. En esta reunión discutimos este tema con detalle y concluimos que sería valioso tener una reunión para intercambiar perspectivas y experiencias sobre este reto común. Es importante reconocer el seguimiento a este compromiso por parte del Gobierno de los Países Bajos al organizar una reunión de países de altos ingresos en La Haya hace una semana para analizar las causas de la caída en la confianza y discutir de qué forma el gobierno abierto podría ser una solución para reconstruir la confianza en sus contextos.

El contexto político actual de amenazas a la democracia, especialmente en las democracias occidentales, refleja una profunda falta de confianza en el gobierno. Algunos líderes populistas han avivado esta desconfianza al hacer un llamado a un total rechazo al sistema y a las elites, presentándose como el verdadero representante de la gente y, en algunos casos, pidiendo entregar el poder a un líder que se enfrente a las elites y trabaje por los ciudadanos. Las implicaciones de esta crisis de confianza son muy serias y amenazan los cimientos de la democracia.

En la reunión participaron reformadores del gobierno y la sociedad civil muy capaces y comprometidos de Australia, Canadá, los Países Bajos, Finlandia, Francia, Alemania, Irlanda, Italia, Corea del Sur, Nueva Zelanda y el Reino Unido para discutir las causas de la desconfianza en el gobierno, pero sobre compartir experiencias de participación ciudadana, así como las oportunidades y retos que esto representa.

Identificamos dos retos principales: la falta de cohesión social y necesidad de prestar atención a los modelos de gobernanza incluyentes y deliberativos y las expectativas del público de tener gobiernos más espontáneos y receptivos. Primero, los países de ingresos altos enfrentan retos particulares en el contexto de la globalización, incluyendo la desigualdad y el estancamiento de los salarios, las crisis de refugiados y de migración, el envejecimiento de la población y el desempleo de los jóvenes. Como resultado, los ciudadanos se sienten rezagados y en peores condiciones, lo que resulta en un sentimiento de injusticia, erosión de identidad cultural y la amenaza del terrorismo, todo ello avivado por la xenofobia.

Los debates públicos sobre estos asuntos están muy polarizados. Es difícil tomar en cuenta todos los puntos de vista, expresar los diferentes matices y encontrar un equilibrio. Los ciudadanos no sólo se sienten rezagados, sino también impotentes, sin voz ni control en su gobierno y gobernados por elites que en su opinión están desconectados de los problemas de los ciudadanos y no responden a sus necesidades.

En ese sentido, ¿cómo podemos asegurar que los ciudadanos sientan que tienen voz y poder? ¿Cómo podemos lograr que el gobierno, además de promover la participación, sea incluyente? El gobierno abierto tiene el potencial de abordar este reto al empoderar a las voces de los ciudadanos en el diseño de políticas públicas e incluir a las poblaciones marginadas. Así, el statu quo debe cambiar y los procesos tradicionales de participación y mecanismos de consulta necesitan ser repensados. En la era de los grandes avances en la tecnología y de la hiperconectividad, las expectativas de la participación democrática están cambiando. Las personas ya no se conforman con opinar durante las elecciones o durante los periodos de comentario de políticas y leyes. Por el contrario, quieren tener formas espontáneas y creativas de hacer que se escuche su voz y moldear las políticas que más los afectan.

Los participantes de la reunión compartieron modelos innovadores para la participación que podrían ayudar a abordar este reto. Por ejemplo, los colegas de Canadá nos presentaron los procesos deliberativos de participación ciudadana que permiten a las comunidades discutir las ventajas y desventajas de las reformas, así como las concesiones que es necesario hacer, además de dar voz a los ciudadanos en circunstancias difíciles. La Asamblea Ciudadana de Brexit del Reino Unido explicó que reunir a una sección representativa de los ciudadanos que votaron en contra de Brexit les podría ayudar a llegar a un arreglo. Los representantes de Finlandia presentaron sus esfuerzos de involucrar a las poblaciones jóvenes y de la tercera edad en el diseño de políticas públicas, resaltando formas prácticas que se pueden adoptar no sólo para involucrar a más ciudadanos en el diseño de políticas públicas, sino además asegurar la participación de las poblaciones más vulnerables y marginadas. Nuestros colegas de Italia nos hablaron sobre OpenGovWeek en la que, con un enfoque de abajo hacia arriba, permitieron que diversos actores se auto eligieran y proactivamente organizaran eventos sobre gobierno abierto en todo el país. El resultado fue la sensibilización y transversalización de la idea de gobierno abierto en la mayor cantidad de ciudadanos posible.

Segundo, muchos de los países que asistieron a la reunión han logrado avances impresionantes en cuanto a transparencia en el gobierno, gracias a las tecnologías digitales, y en métodos participativos de gobernanza. Frans Timmermans, primer vicepresidente de la Comisión Europea e Ivan Krastev, intelectual destacado, escribieron en los ensayos publicados en La Lucha por Recuperar la confianza que, gracias a estos avances, la gente no solamente tiene expectativas más altas de transparencia en el gobierno, sino también de mejores resultados. Los gobiernos se encuentran bajo más escrutinio que nunca, lo cual puede debilitar la confianza en el gobierno, por lo menos en el corto plazo.

Así, podemos concluir que la transparencia y los procesos participativos no son la panacea. Las personas no solamente quieren tener información o ser escuchados, sino que además quieren ver que sus gobiernos responden a sus necesidades. Si no se logran cambios visibles, el escepticismo en el gobierno podría aumentar, pues podría parecer que los procesos participativos no son más que intentos por cumplir un requisito.

En Corea del Sur, los ciudadanos de Seúl pueden votar a favor o en contra de políticas utilizando una aplicación móvil: M-Voting. Hasta ahora, ha habido al menos 154 casos en los que M-Voting ha contribuido al diseño e implementación de políticas. Por ejemplo, el gobierno implementó una serie de incentivos para fomentar el ahorro de energía después de que esta iniciativa fue votada y aprobada a través de M-Voting. En los Países Bajos, el programa FAIR Tracks ha hecho de la equidad de procedimiento una prioridad en sus procesos de participación ciudadana, logrando una reducción en las objeciones a las decisiones del gobierno por parte de los ciudadanos en un 50-60%, la reducción de los trámites administrativos en 37% y un incremento en la satisfacción ciudadana de 40%.

Es importante reconocer que el statu quo debe cambiar. Estos ejemplos nos demuestran que los reformadores de OGP están probando metodologías de gobierno abierto más deliberativas e incluyentes por diseño, redefiniendo la participación ciudadana y demostrando resultados rápidos. Son ejemplos de un verdadero empoderamiento ciudadano, más allá de la transparencia y proceso de consulta proforma, que abarca el ciclo de retroalimentación que creemos es necesario para reconstruir la confianza. Pero necesitamos más iniciativas como estas, que abarquen más que áreas o sectores específicos y que sean la norma en todos los países de la Alianza.

La confianza no es solamente un resultado o indicador del desempeño del gobierno, sino también un insumo para el diseño de políticas públicas. Es un círculo virtuoso en el que se necesita la confianza y verdadera participación de los ciudadanos para desarrollar e implementar políticas públicas efectivas y, a su vez, los resultados de dichas políticas mejorarán la confianza.

Sanjay Pradhan, Director Ejecutivo, Alianza para el Gobierno Abierto
con
Munyema Hasan, Gerente del Programa KLIC

Open Government Partnership